CELULITA SOBREVIVE (CAP.2)

 

CELULITA siguió evolucionando, movida por una inteligente, misteriosa y armónica energía.
Los reptiles, comandados por los grandes dinosaurios, reinaron en el paraíso durante aproximadamente 165 millones de años.
Desde la primera bacteria hasta el último dinosaurio, miles de millones de años, le sirvieron a Celulita para grabar a fuego el «programa supervivencia» y aprendérselo de memoria.

Los dinosaurios llegaban su fin.
Con ellos convivían pequeños mamíferos.
Criaturas que vivían bajo tierra, comían de todo y salían a la superficie, preferentemente de noche para no molestar a los grandes reyes del planeta.
Nada ni nadie «terrícola» pudo jamás con los dinosaurios.
Ha sido el mayor reinado hasta ahora conocido, con permiso de las bacterias que fueron las primeras reinas.
Tuvo que venir algo de fuera, al parecer un meteorito, para acabar con los dinosaurios y pasar de pantalla.
Cómo si de un videojuego se tratara (Dios debe ser programador informático por la perfección del juego) el meteorito arrasó la superficie y se eliminó a los dinosaurios.
Desaparecieron de la faz de la Tierra.

Los pequeños mamíferos como vivían bajo tierra y comían de todo, se pudieron salvar de la catástrofe (¿Casualidad o perfección del juego?)

Poco a poco fueron subiendo a la superficie y se apoderaron de un planeta que había quedado sin reyes.
Empezó el segundo mayor reinado de la Tierra.
El de los mamíferos.
Así Celulita evolucionó, y pudo vivirse como algo nuevo.
De alguna forma empezó a sentir cierto tipo de emoción y cierto amor por los suyos.

Seguía siendo fiera y salvaje, como los reptiles, pero dio un paso más.
Sintió que debía cuidar a sus crías.
Así Celulita, como tenía miedo a quedarse sola y a morir desprotegida, empezó a sentirse segura con sus cuidadores.
Apareció el apego sano, biológico y natural para los «bebitos». Un mecanismo «inventado» por el sistema para que Celulita pudiera tener una experiencia terrenal más segura y más placentera que la de los reptiles.

Celulita fue grabando el «programa apego» durante millones y millones de años.

Celulita aprendió a sentir.

 

CONTINUARÁ…

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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