Nunca olvides que la VIDA fue la que quiso traerte aquí.
Ella te puso las condiciones necesarias para que vivieras esta experiencia.
Te puso los padres.
Te puso la família.
Escogió la época en la que naciste.
El lugar donde lo hiciste.
Tu genética.
Tus circunstancias.
Te lo puso todo.
Tú juegas.
Tú vives.
Tú experimentas.
Pero ella manda.
Ella ordena.
Ella mueve los hilos.
Y sabe perfectamente lo que se hace.
Es la ENERGÍA.
El día que no quiera que estés aquí, te fulminará en menos de lo que canta un gallo.
Que no se te olvide.
Porque siempre se nos olvida.
Nos creemos los reyes del mambo.
Pero, en realidad, no somos nada.
Sólo hace falta que salgas ahí afuera, una noche estrellada como la de hoy, respires hondo y mires hacia arriba.
Estás viendo estrellas que hace millones de años que desaparecieron.
No sabemos nada.
Jugar con la vida es peligroso.
Retarla demasiado es jugártela.
Ella no entiende de juicios.
Ni de pensamientos.
Ni de lo bueno ni de lo malo.
No entiende de clases sociales.
Ni de dinero.
Ni de razas.
Ni de sexo.
Ni de leyes.
Ni de famílias.
La energía no se anda con tonterías.
Si ha de ser implacable contigo, lo es.
Si ha de demostrarte que estás en el camino equivocado según el propósito que ella tiene guardado para ti, lo hace.
Y hará lo que haga falta para que te enteres.
Incluso expulsarte del juego.
La vida utiliza una lógica.
La que ES.
La coherente.
La Universal.
La que organiza y estructura la realidad.
La que mueve los hilos de tu vida y la de todos.
La utiliza porque tiene un propósito.
La utiliza para crear y experimentar.
La flor se abre cuando tiene que abrirse.
Ni antes ni después.
Tú naces cuando has de nacer.
El pájaro vuela cuando ha de volar.
La Naturaleza da los frutos cuando ha de darlos.
Ni antes ni después.
Justo en el momento exacto.
Cuando ES.
No cuando nosotros creemos que ha de ser.
La existencia es lo que sucede.
No lo que debería o hubiese podido suceder.
Y sucedería lo mismo una y millones de veces con las mismas condiciones.
Repetirías tu vida una y otra vez porque es la que sucedió.
Creer lo contrario son historias que se cuenta una mente que no comprende, que no acepta, que no siente y que no da su brazo a torcer.
La mente va por libre.
Utiliza otra lógica.
La del ego.
La que debería SER.
La racional.
La que le gustaría que fuera.
La que le convendría.
La que necesitaría para evitar la transformación y la adaptación a cada instante.
Es una lógica distorsionada.
No es la genuina y auténtica de la vida.
Es aquella que aprendiste en tus primeros años.
Porque la imitaste de tus padres.
Porque la grabaste de tu família.
Porque no tuviste otro ejemplo.
Porque aprendiste a sobrevivir con ella.
O como a todos, porque te la metieron sin enterarte.
Hasta el fondo, en las profundidades de tu cerebro más inconsciente.
Y ahí se quedó.
Como aquellas de… lo mejor está fuera, la felicidad está en la pareja, hay que salvar a los demás, hay que ser perfecto, no se puede ser débil, no se puede llorar, si me quedo solo no podré salir adelante, los demás son mejores que yo, no valgo para nada, nadie me puede juzgar, creo que siempre tengo la solución, siempre lo hago bien, no debo demostrar mis sentimientos, yo no soy importante, lo mío no merece la pena,  etc, etc , etc…
Entre otras muchas.
Cada uno tendrá las suyas.
Sólo hace falta que te observes un poco para verlas.
Sean la sean, todas estas lógicas son falsas.
Sólo son producto de una mente con miedo.
Se pasan las reglas de la vida por el forro.
Hacen trampa.
Te distorsionan.
Te engañan.
Te manipulan.
Te dicen que TÚ NO EXISTES.
Te dicen que TÚ NO ERES IMPORTANTE.
Te dicen que TÚ eres CULPABLE y pecador.
Y lo único que consiguen es que sufras.
Cada día más.
Porque no estás en coherencia con la vida.
Porque no estás en ti.
Porque no estás en tu frecuencia.
Porque estás mirando hacia el exterior y no hacia el interior.
La vida viene de dentro.
Viene de ti.
No de fuera.
Vino contigo y se irá contigo.
Lo de fuera sólo es para que te veas y te des cuenta de tus limitaciones.
Para que te des cuenta de lo que te duele y lo puedas solucionar.
Para que te des cuenta de donde está tu frontera mental y la puedas romper para expandirte cada día más.
Es un gran espejo.
Es todo un decorado a tu disposición para que tomes consciencia y evoluciones.
Pero si lo único que haces es pelearte con el espejo, estás limitando tu expansión.
La VIDA te quiere a ti.
La VIDA busca tu conexión.

La VIDA quiere que seas quien realmente eres.

Le importa un rábano lo que pienses.
Quiere tu canal.
Sin interferencias.
Busca experimentar y expandirse a través de ti.
Para eso te trajo aquí.
Tienes dos opciones.
O interferir y creerte al chulito del ego.
Que se cree que es el rey del Universo y lo sabe todo.
O  no interferir y rendirte a la sabiduría de la vida.
Que es la verdadera reina y la que lo mueve todo.
Cualquiera de las dos es perfecta.
Todo es experiencia y con las dos aprenderás.
En la primera sacas pecho y levantas la cabeza como un gallito.
En la segunda, doblegas las rodillas y agachas la cabeza como un corderito.
Tanto si eliges una como  otra, la vida, tarde o temprano, te lo hará saber.
De tonta no tiene un pelo.
No te preocupes, te enterarás.
O a palos o a mimos.
Pero te enterarás.
O por carencia o por abundancia.
O por sufrimiento o por plenitud.
Pero te enterarás.
Tendrás noticias de la vida.
Porque, te guste o no, ella siempre GANA.
Ella te tajo, ella te maneja y ella te hace jugar.
Y ya que estamos metidos de lleno en el juego de exisitir, yo te diría…
Déjate guiar y permite que te muestre el camino.
Que con ella de tu parte y conociendo las reglas del juego, te puedo asegurar que la partida es totalmente diferente.
Y te lo dice alguien que era un gallito, gallito.
Pero primero a palos y después metiéndole consciencia, aprendió a doblegar las rodillas y agachar la cabeza porque comprendió que la vida siempre gana.
Y cuando aprendes e integras la lección, te das cuenta de que realmente es maravillosa.
Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com
Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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