Del milagro al “mi logro” (4ª parte: conversaciones desde el cielo)

Te recuerdo que todavía seguimos aquí arriba.

Ya sé que quieres ir para abajo a entrenar.

Pero no.

Este cuarto post lo pasaremos aquí.

Tranquilamente.

Con estas vistas tan espectaculares.

No te me vayas de aquí.

Que sólo por el hecho de estar aquí, observando desde esta perspectiva ya estás aumentando tu consciencia.

Y aumentarla vale más que cualquier esfuerzo que puedas hacer allá abajo.

Aunque no te lo “creas”.

Ya lo verás cuando acabes este post.

Vamos a hacer un repaso de todo el juego.

Hasta ahora tenemos.

Primero.

El gran propósito del SER.

El más trascendente de la vida.

Reconocerse a sí mismo a través de la experiencia.

En este nivel todavía no se ha formado el ego.

Estamos a un nivel de pureza absoluta.

A este nivel sólo hay una vibración.

AMOR.

Que es diferente al amor como sentimiento que sentirás una vez dentro del juego.

A este nivel  solo sentamos  las  bases, las leyes fundamentales y las reglas del juego de la gran trascendencia.

Después, una vez dentro, habrá instrucciones más comunes y más terrenales, más para la vida diaria.

Tu gran propósito, hablando en plata y te pido perdón de antemano por la expresión que utilizaré, pero es como mejor lo vas a entender y te quedará clarísimo, es éste:

Aquí eres VIBRACIÓN PURA.

AMOR.

Pero cuando entres por esa puerta te van a empezar a llenar de mierda hasta que no sepas ni quién eres.

Hasta que pierdas tu esencia por completo.

No sabrás que eres lo que eres.

Ni te acordarás.

Te infestarás de una capa negra que ni te reconocerás.

Ni tú ni nadie.

Vibrarás tan bajo que creerás que eres una basura incapaz de crear nada.

Pero no.

Será lo que te han hecho creer.

Será el MIEDO.

E irás por la vida vestido de miedo.

Lo único que tendrás que hacer es ir quitándote el traje tirita a tirita.

Click a click.

Tomando consciencia cada vez que te des cuenta.

Pero tómatelo con tranquilidad.

Tendrás toda la vida.

La gran mayoría de humanos pasan por allí y ni siquiera se plantean qué es esto de reconocerse.

Otros lo intentan.

Otros empiezan, pero se cansan.

Otros, abandonan.

Algunos, lo consiguen.

Y muy pocos llegan a grado máximo.

Y te preguntarás cómo reconocerás  lo que ERES.

Pues muy fácil.

Tendrás el método perfecto  para saberlo.

Hecho a medida para ti.

Sólo has de vivir tu vida.

Sólo eso.

Ser consciente de cómo vives, de lo que piensas, de lo que dices, de lo que sientes, de lo que haces, de cómo respiras, de cómo te alimentas y de cómo percibes la vida para darte cuenta de todo lo que t ehas de trabajar para quitarte la sombra para que aparezca la luz.

¿Me sigues?

Pues ese es el plan maestro.

El tuyo.

Sólo tuyo.

Todo lo que te suceda te ayudará a reconocerte.

¿Entiendes ahora porque no puedes decirle a nadie lo que tiene que hacer?

Porque cada uno tiene su historia perfecta.

Irás creando todo lo que necesites para que te des cuenta de que no eres MIEDO sino AMOR.

Para que te des cuenta  y recuerdes lo GRANDE que eres.

Vas allá abajo a experimentar lo humano  para reconocerte en  lo divino.

Vas a eso.

A ser humano para recordar que eres divino.

A ser lo que no eres para descubrir lo que eres.

A nacer.

A crecer.

A estudiar.

A formarte.

A caerte.

A fracasar.

A equivocarte.

A aprender.

A enamorarte.

A desenamorarte.

A tener accidentes.

A experimentar el tiempo.

A experimentar el dolor.

A experimentar la alegría.

A emocionarte.

A vivir la enfermedad.

A sentir.

A sentir la tristeza.

A llorar.

A emocionarte con los amanceres.

A amar y a sentir a tu seres queridos.

A bloquearte con el miedo (en minúsculas)

A sentir el rencor, el orgullo.

A practicar el sexo.

A comer.

A sentir como la rabia corre por tus venas

A sufrir infidelidades.

A tener hijos.

Nietos.

A experimentar el amor.

A TODO.

Lo agradable y lo desagradable.

A experimentar todas las infinitas posibilidades.

¿Entiendes que quejarte no sirve de nada?

Vas allí para eso.

Para experimentarlo todo.

Pero sobre todo vas a una cosa.

A CREAR.

A crear tu vida para conseguir tu mayor propósito.

Para ser consciente de quién eres y reconocerte.

Y los otros harán lo mismo que tú.

Y él hará lo mismo.

Y ella.

Y el otro.

Y el otro.

Y todos crearemos todo.

Y todo se nutrirá de todo.

Y así, el planeta entero se reconocerá y se dará el máximo respeto.

Crearemos entre todos una gran red interconectada de la que seremos todos co-creadores constantemente.

Y por supuesto, RESPONSABLES.

Y dentro de esta macro red de creación inteligente, tendrás que descubrir tu lugar utilizando el ego (el traje) que se te dará allá abajo.

Porque una cosa es el propósito a gran escala.

El propósito del SER GLOBAL.

Y la otra tu propósito de vida particular.

Que será el talento innato que desarrollarás dentro de ese ego y que deberás utilizar para realizarte y sentirte pleno como ser humano aportando tu luz al mundo pero a la vez procurando desindentificarte  lo máximo posible de ese ego.

¿Me sigues?

Pues ahora sólo queda el último repasito.

Aparte de los dos propósitos.

El del SER global y el de vida  individual.

Tenemos el tablero donde vas a jugar la partida.

También llamado planeta Tierra.

Que por cierto, también es un ser consciente y merece el máximo respeto y reconocimiento.

Como tú.

Y como las plantas.

Y como los animales.

Y como los minerales.

Porque el tablero también eres tú y todo.

Tú y todos somos parte de la biosfera, del ciclo de la vida y del Universo.

Parte de todo.

Aparte del tablero, tenemos las dos vibraciones.

Al más estilo Star Wars ( el lado oscuro y el lado de, en este caso, la energía)

MIEDO y AMOR.

Tenemos las dos fichas.

La azul del cielo.

O la roja del infierno.

La azul es  elegir ser tu propio líder.

El jugador creador.

Tomar la responsabilidad absoluta de que todo lo creas tú.

Y saber que todo lo desagradable que te pasa es para que evoluciones según tu mayor propósito.

La roja es elegir ser la víctima de las circunstancias.

Que no son más que las que creas tú sin enterarte.

El jugador quejica.

Eso sí, que sepas que merecen el máximo respeto los dos.

Si eliges el quejica estará perfecto.

Tu plan maestro ya te irá poniendo lo necesario para que lo “veas”.

Y si no lo ves, te irás del juego sin haber disfrutado lo que tenías que disfrutar.

Pero también habrás sido perfecto.

Habrás sido “tu” experiencia.

Ficha azul es aceptar y crear.

Ficha roja es reaccionar y quejarte.

Eres totalmente libre de elegir el color.

Ya sabes que hay libre albedrío en este juego.

Desde aquí todose ve muy claro y siempre escogerías la ficha azul, lo sabemos.

Pero muy probablemente te toque vivir una circuntancias allí abajo que te lleven a escoger la ficha roja.

El objetivo del juego es «ver» que estás jugando con la roja y cambiarla por la azul.

¿Me sigues?

Pues bien, sigamos repasando.

Tenemos las tres leyes universales fundamentales.

Una.

Ley  de la mente universal.

En el juego existen todas las infinitas posibilidades de creación y todo es posible.

Recuerda que todos estamos creando todo.

Dos.

Ley de correspondencia.

Lo de arriba es abajo.

En el universo se expresa el mismo patrón en todos los planos de existencia y a todas las escalas, lo que en matemáticas se conoce como los fractales ( la ciencia ya lo ha demostrado)

Da igual que sea una célula que una galaxia entera.

Siguen el mismo patrón.

Según esta ley tú eres el Universo.

Sin moverte del centro de tu círculo tienes todo el poder que puedas imaginar.

Tú eres mente, cuerpo y espíritu.

Tú eres el creador de  una experiencia  que vibra en mayor o menor  vibración según sea tu grado de consciencia.

Vamos.

Así a lo bruto y sin miramientos.

Eres “lo más” venido a “lo menos” y tu vuelo será “de lujo” o “de pena” según lo que “veas”.

Tres.

La ley de la vibración.

Ya lo ha demostrado la física cuántica.

Todo vibra.

El origen del Universo es energía en vibración.

La “palabra de Dios” a la que se refieren  las Sagradas Escrituras es a la vibración inicial.

No es que Dios hablara, evidentemente.

Que Dios ni habla, ni juzga, ni se mete en tu vida, ni dice nada.

Sólo vibra.

Tiene todas las infinitas posibilidades y te otorga el libre albedrío.

No hay barbas blancas, ni dedos acusadores, ni palabras condenatorias.

Pero mira que nos cuesta.

Lo del pecado original y el infierno lo llevamos tan metido en las entrañas que nos ha hecho sufrir lo que no está escrito.

Claro, que es más fácil controlar a un energúmeno  ignorante, miedoso y pecador que no a un SER, grande, sabio y potencialmente infinito porque a éste no lo manipula ni Dios, nunca  mejor dicho.

En fin.

Con más sabiduría y más amor el planeta sería mucho más azul de lo que es.

Y la vibración puede ser desde el nivel más bajo, el MIEDO, hasta el nivel más alto, AMOR, entendidos como vibración electromagnetica.

Y quedan tres más.

Las menores.

Cuarta.

La ley del ritmo.

Toda contracción tiene una expansión.

Todo son ciclos.

Todo son flujos.

Todo lo que sube, baja.

Económicos, vitales, sociales, climáticos…

Aquello de “siempre acaba saliendo el sol” lo situaríamos en esta ley.

Así que si estás pasando una mala racha, sonríe, alégrate y confía en la vida,  que por ley vas a salir tarde o temprano.

Quinta.

La ley de causa y efecto.

Toda causa tiene un efecto.

Nada es por azar.

Ya lo viste en el segundo post, todo efecto visible es consecuencia de la causa invisible.

Cuanto más consciente seas de tu subconsciente más acercarás la causa del efecto.

Quizá hasta llegar a las sincronicidades.

Y sexta.

La ley de la polaridad.

Todo es dual.

Todo tiene su opuesto.

Así que has de saber que vivirás en dualidad.

Luchar por la paz jamás hará desaparecer la guerra.

Comprender porque existe la guerra, aceptarlo y hacer los cambios necesarios sí hará que desaparezca.

Y esto no se hace desde uno de los polos, porque los dos son lo mismo.

Situarte en un polo no hará desaparecer el otro.

Al contrario.

Lo aumentará.

Si quieres conseguir algo sin esfuerzo hazlo desde el punto medio.

No desde la dualidad sino desde la neutralidad y la armonía.

Y esto es aplicable a la guerra y a todo.

Si quieres adelgazar no luches por adelgazar ni te sacrifiques.

Porque te estás yendo al otro extremo.

Y estás en lo mismo.

Comprende porque están los kilos de más, trabájalo y adelgazarás sin esforzarte.

No se consigue nada desde la lucha.

O se consigue poco.

Los grandes cambios vienen elevando tu vibración (cuando estemos allí abajo ya te lo explicaré, ahora con que lo sepas ya vale)

Y cambiar la vibración no se consigue haciendo.

Se consigue siendo.

El punto medio es donde existe el SER.

Padre, hijo y espíritu santo.

Es el punto de los milagros.

Justo donde nadie se sitúa.

Y hasta aquí el juego en sí, las bases y las leyes.

Me quedan por darte unas reglas a tener en cuenta y ya estamos listos.

Regla número uno.

Nada es permanente.

Todo fluye constantemente.

Cuando entres en el juego no podrás controlar nada.

Precisamente ese es el juego.

Vas a eso.

A vivir la incertidumbre y la sorpresa.

A experimentar la magia de lo desconocido.

¿Qué emoción sería si estuviera todo pactado?

¿Para qué irías a experimentar?

La basura que te echarán  encima mientras vivas te hará creer que no puedes con lo desconocido.

Pero estás precisamente preparado para eso.

Tienes la mejor máquina jamás creada en el Universo.

Sesenta billones de células moviéndose de forma matemáticamente perfecta para que tu disfrutes de esa experiencia.

Suéltate y confía.

No te pasará nada.

La seguridad es una ilusión que te harán creer que te beneficia pero en realidad, te perjudica.

Si no experimentas todo lo que te viene nunca llegarás a conocer quién eres.

Y ten en cuenta que  la mayor seguridad que puedes llegar a conseguir allá abajo es aprender a fluir en la máxima inseguridad.

Sólo necesitarás ser lo que eres y confiar.

Regla número dos.

No esperes una partida sin obstáculos.

Serán parte del juego.

El objetivo del juego no es eliminar los obstáculos.

El objetivo es utilizarlos para crecer tú y ser más grande que los obstáculos.

Así que cuantos más tengas, mayor nivel tendrá tu partida.

Ellos te marcarán el camino y serán los que te conducirán a la grandeza.

Regla número tres.

Te equivocarás constantemente.

Es parte del juego y es necesario para evolucionar.

Allí abajo se evoluciona equivocándote.

Los errores están para aprender.

No equivocarse es una ilusión.

No es posible.

Si crees esa ilusión, sufrirás.

El éxito y el fracaso son dos caras de la misma moneda.

Acuérdate que es un mundo dual.

Y huir del fracaso no lo elimina.

Has de aceptarlo como parte del juego.

Aceptando el fracaso tendrás éxito.

Has de hacerlo mal para reconocer que lo haces mal y hacerlo bien.

Regla número cuatro.

Una vez allí abajo, a cada uno le tocará vivir una experiencia vital.

La que sea.

Unos nacen en Europa.

Otros en África.

Otros en Asia.

Y así en cada uno de los rincones del planeta.

Según esa experiencia crearán una percepción de la realidad.

Según esta percepción, una forma de pensar, de sentir, de hablar  y de comportarse

Será “su” realidad.

Que jamás será la tuya.

Sufrirás si quieres que lo sea o se parezca.

Cada uno vive su realidad como mejor sabe o como puede.

Puede que rabien, que te insulten, que te maltraten o quizá que te digan de todo.

Quizá no te valoren, no te reconozcan, no te admiren, no te quieran, no te comprendan te odien.

Puede ser.

Allí abajo están todas las infinitas posibilidades.

Pero si tú sabes quién ERES, te reconoces y lo recuerdas, no tendrás problemas.

Siempre conservarás la ficha azul y no la cambiarás por la roja.

Y si la cambias por la roja,  tampoco pasa nada.

No te culpes.

La próxima vez lo harás mejor.

El juego se trata de darte cuenta de que estás en ficha roja y en vibración MIEDO para volver a la ficha azul y a vibración AMOR.

Regla número cinco.

Digan lo que digan, PUEDES con todo.

Porque eres Todo.

Y el día que caigas en la desesperación, párate y vuelve aquí arriba para recordarlo.

Y hasta aquí hemos llegado.

No me queda nada más que decirte.

Al menos, que yo sepa o recuerde.

Te he dicho todo lo que he aprendido en mi camino.

Sólo me queda que desearte suerte.

Sólo desearte que SEAS TÚ.

Porque TÚ eres TODO.

La suerte también.

Creo que ya te llaman.

Te toca bajar.

Que la energía te acompañe.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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