Cosas que aprendí en el infierno y que yo te diría ( 2ª parte)

La vida está llena de obstáculos.

Lo que te desmorona y te hace sufrir no es la vida.

Es la forma que tienes de percibir la vida.

Todo fluye  y nada permanece.

La vida es cambio en estado puro.

Negarlo y abonarse a la resistencia es ir directamente al sufrimiento.

Los obstáculos no son problemas.

Son oportunidades evolutivas.

No sueñes con una vida sin obstáculos.

No existe.

Sueña con una vida en la que tú SEAS mucho más grande que los obstáculos.

Y tendrás una vida sin obstáculos.

Recuerda siempre.

No es lo que te ocurre.

Es cómo gestionas lo que te ocurre.

No es lo que dices.

Es con qué energía dices lo que dices.

Si tú eres grande, los problemas siempre serán pequeños.

Si tú eres pequeño, sea lo que sea, siempre será grande y te sobrepasará.

La mayor seguridad es aprender a vivir en la máxima inseguridad.

Introduce en tu vida la constancia, el hábito y la pasión.

Y harás de tus sueños una realidad.

Pon límites en tu vida.

Primero con dulzura y con amabilidad.

Pero si no es suficiente, ponlos con firmeza y responsabilidad.

Nunca con agresividad.

Nadie merece la violencia.

Si alguien ha entrado en tu vida es porque tú lo has permitido.

Sacarlo o apartarlo es tu responsabilidad.

No des lecciones de palabrería barata a nadie ni hables más de la cuenta.

Demuéstralo con hechos y haz que tu vida entera sea una lección.

Y así no tendrás que desgastarte con palabras.

Escucha las opiniones de los demás.

Pero decide según tu corazón.

No hagas mucho caso de aquellos que te dicen constantemente cómo has de vivir tu vida.

Si te dicen cómo has de vivir tu vida, probablemente, no saben cómo vivir la suya.

Y si no saben vivir la suya, difícilmente  podrán acertar con la tuya.

Así que tomátelo con sabiduría.

Y comprende que meterse en la tuya les es mucho más fácil que hacerlo en la suya.

Porque muchas veces el dolor, la inconsciencia y la tristeza es tan grande que ni siquiera se lo plantean.

El único que tiene la receta mágica de tu vida eres tú.

Y nunca mejor dicho, tú eres la magia.

Tú eres la fuerza.

Y tú eres el poder.

No permitas nunca que nadie te diga que no eres grande.

Ni que no puedes.

Ni que te menosprecien.

Ni que no te lo mereces.

Es completamente falso.

Cuando tengas a tu lado alguien verdaderamente grande te darás cuenta.

Te sentirás grande.

Sentirás que puedes.

Sentirás que todo es posible.

Eso es tu grandeza.

Cuando alguien intente hacerte sentir pequeño comprende que ese alguien es muchísimo más pequeño que tú.

No le culpes.

No sabe hacerlo mejor.

Pero tu sí.

Ahora ya sabrás hacerlo mejor.

Lo único que has de hacer es no darle valor a lo que dice.

Y empezar a darte todo el valor que te mereces.

Amarte y respetarte.

Reconocerte.

Cuidarte.

Mimarte.

Y nunca más volver a tratarte mal.

Aprovecha lo que tienes hoy entre las manos.

Vívelo intensa y conscientemente.

Disfrútalo y saboréalo hasta el último poro de tu piel.

Nunca sabes dónde estarás mañana.

No temas a tus emociones.

Siéntelas.

Teme a no sentirlas y a negarlas.

Ellas te marcan el camino.

Si has de llorar, llora.

Márcate un horario y un espacio.

Y llora un rato cada día.

Pero acto seguido, date una ducha.

Mira al cielo.

Respira profundo.

Sonríete en el espejo.

Agradece todo lo que tienes.

Lleva la mano al corazón.

Y saca con todas tus fuerzas las ganas de vivir.

En la vida todo, todo, todo es actitud.

Aléjate del drama.

Si no puedes hacerlo por sabiduría.

Primero hazlo por cojones.

Y después ya te llegará la sabiduría.

Pero si te quedas en el drama y en el victimismo perderás siempre la partida.

Y no estás aquí para perderla.

Estás para ganarla.

Si te entra la rabia, déjate rabiar.

Escucha tu frustración y tu rabia.

Y siéntelas.

No intentes evitarlas.

Son tuyas y te traen información vital.

Si las tienes, una de dos.

O no aceptas o no te permites.

Si las comprendes, habrás evolucionado.

Observa tus pensamientos.

Y si no te gustan, cámbialos.

Así de fácil.

Empieza por un pensamiento semilla.

Repítetelo millones de veces.

Y tarde o temprano lo tendrás integrado.

La mala suerte no existe.

Sólo es una forma adictiva de vivir.

A veces se gana y a veces se pierde.

Pero si lo que quieres es triunfar en la vida, olvídate de las excusas.

No hay mala suerte.

La mala suerte no son más que malas decisiones.

O malas circunstancias.

Aprende a hacer alquimia.

Que no es más que cambiar las decisiones.

O repetirlo en otras circunstancias.

La fórmula del  éxito en la vida es fracaso, aprendizaje y repetición.

No temas a equivocarte.

Equivocarte no es fracasar.

Necesitas equivocarte para ser cada día mejor.

Y ten claro una cosa.

El mayor éxito se cocina en el infierno.

Si ardes y aprendes la lección.

La vida te premia con sabiduría.

Siente el miedo.

Eres humano.

Y a momentos, el miedo existe.

¡Claro que existe!

Todos tenemos miedo alguna vez.

Permítetelo.

Ser valiente no significa no tener miedo.

Ser valiente significa tenerlo y prepararte para vencerlo.

Si algo te da miedo.

No lo dudes nunca.

Haz una lista de todo lo que necesitas.

Prepárate bien.

Crece.

Respira profundamente.

Gestiona tu cuerpo.

Y vete a por ello.

Hazlo.

Aunque te aterrorice.

Porque detrás del miedo está tu eternidad.

La primera vez temblará todo tu cuerpo.

A la que lo hayas hecho veinte veces el miedo caerá rendido a los pies de tu grandeza.

Jamás permitas que el miedo no te deje hacer aquello que sabes perfectamente que sabes hacer.

Las mayores enfermedades y las más devastadoras no son ni el cáncer ni las cardiovasculares.

Son el miedo y la ignorancia.

La ignorancia de no saber quién eres.

Y el miedo al verdadero poder que tienes.

Practica el silencio.

Obsérvate.

Y escúchate más.

Serás un experto en ti mismo.

Y siendo un experto podrás satisfacerte tú mismo tus necesidades básicas afectivas.

Así dejarás de exigírselas a los demás.

Como no las pedirás ni las exigirás, empezarás a recibirlas.

Así de mágica es la energía de la vida.

Cuando te trabajas tus carencias y ya no lo necesitas es cuando lo recibes.

Esto es vivir en abundancia.

Cuanto más te escuches, más capacidad de escuchar a los demás.

No utilices el mundo para reaccionar.

Utilízalo para crecer.

Entre pelearte y discutirte o evolucionar.

Yo, ahora, ya lo tengo claro.

El mundo está ahí afuera para ayudarte.

No para fastidiarte.

Todo depende de tu percepción.

Sólo te muestra lo que necesitas aprender y mejorar.

No culpes a nadie.

Si algo no te gusta, suéltalo.

Y crea tu vida de nuevo.

Soltar cuesta.

Lo sé.

Mucho.

Y a veces jode.

No sabes cómo.

Pero si quieres ser eterno, suelta y vuelve a empezar.

Aprende a mirar a los ojos.

Y a interpretar en la profundidad de mirada.

Descubrirás que aquél que más grita es el que más tristeza tiene en su interior.

Y aquél que más te rechaza.

El que más miedo ha tenido en su pasado.

Ama a las personas por lo que son.

No por lo que dicen.

Muchas veces no hablan ellas.

Hablan la rabia, el miedo y la tristeza.

Ejercita tu cuerpo.

Muévete.

Aunque sea poco.

Nadie te pide que seas un maratoniano.

Camina.

Corre.

Salta.

Baila.

Nada.

Dile a tu cuerpo que cuentas con él.

Respira bien y dale oxígeno.

E ilusionaros juntos.

No envejece la edad.

Envejece la falta de espíritu.

Y la falta de ilusión.

Duerme.

Descansa.

Busca algo que te motive.

Descubre tu talento.

Lo que se te dé bien de forma natural.

Da igual.

Lo que sea.

Aunque creas que es absurdo.

Si te motiva no es absurdo.

Será tu motor hacia el futuro.

Y desarróllalo con pasión.

Hay expertos mundiales hasta en las cosas más insignificantes que te puedas imaginar.

Sea lo que sea, hazlo con pasión.

Y puede que algún día el mundo entero te admire y caiga rendido a tus pies.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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