Cosas que aprendí en el infierno y que yo te diría ( 1ª parte)

Respira conscientemente.

Llegaste aquí respirando y siendo feliz.

Así que vuelve a respirar y recupera el don que el Universo te dio y perdiste por el camino.

No esperes que nada te de la felicidad.

La felicidad no está en lo material.

La felicidad no está en el dinero.

El dinero te puede dar seguridad.

No felicidad.

La felicidad no está en ningún lugar.

No esperes que nadie te haga feliz.

Nadie tiene esa capacidad.

Y si crees que la tiene es que has delegado tu vida.

Así que  ten cuidado porque quizá algún día se te desmorone de golpe.

La felicidad está en ti.

En tu actitud.

Y cuando la entrenes y la integres.

Entonces sí.

Sé feliz.

Y comparte tu felicidad con quien quieras.

Pero no entregues tu vida a nada ni a nadie.

Sólo compártela.

No eres tu trabajo.

No eres tus problemas.

No eres tu dinero.

No eres tu posición.

No eres tu pareja.

No eres nada material.

Ni siquiera eres tu pasado.

Ni eres tu futuro.

Eres información y energía en vibración.

Y aquí y ahora tienes todas las infinitas probabilidades a tu alcance.

Sólo necesitas una decisión.

El secreto de la vida no es hacer ni tener.

Es SER y compartir.

No te creas más que nadie.

No lo eres.

Sólo es una ilusión de tu ego.

Y si te dejas llevar por él nunca descubrirás la sabiduría de la vida.

Abandona la prepotencia del ego.

Y vive en la humildad de la esencia.

Allí es donde reside la belleza de la vida.

La pureza y la conexión con la vida nadie te las puede explicar.

Sólo las puedes sentir.

Conectar con la vida es emocionarte con todo lo que te rodea.

Una mirada.

Un niño.

Una niña.

Un abrazo.

Una puesta de sol.

Una abeja posando en una flor.

Y si haciéndolo, no sientes como la energía recorre tu piel y te produce escalofríos es que todavía no has conectado con la vida.

Perdona y comprende.

Nadie hace lo que no sabe.

Nadie soluciona lo que no ve.

Y nadie te puede dar lo que no tiene.

Tus padres, hicieran lo que hicieran, lo hicieron lo mejor que pudieron.

Y así como tus padres, todos los demás.

Que tú percibas el mundo de una forma determinada no significa que el resto del mundo lo perciba como tú.

No presupongas nunca nada.

Aquello de “es que yo no lo haría…”

Olvídalo.

Tu no.

Pero él o ella, sí.

No aceptarlo es desgastarte inútilmente.

Tu historia es única e irrepetible.

Date la libertad de vivir según tu corazón.

Pero dales también a los demás la libertad, el derecho y el respeto de vivir como quieran vivir.

Mientras no abras tu conciencia, la inconsciencia seguirá dirigiendo tu vida.

Seguirás repitiendo patrones.

Y tu vida seguirá siendo la de siempre.

Aprende de tu peor pasado.

Visualiza tu mejor futuro.

Pero vive en el presente.

Estar aquí y ahora sólo es un hábito.

Y se entrena.

No hay secreto.

Hay hábitos.

Hay trabajo.

Vuelve, vuelve y vuelve.

Y si te vas cien mil veces, vuelve cien  mil veces.

La inteligencia emocional no es genética.

Se entrena.

Y si no entrenas, también es perfecto.

Pero no te quejes de que no eres feliz.

Asume que no quieres ser más feliz.

Todo requiere un trabajo.

Incluso la felicidad.

No menosprecies a nadie.

Ofrece tu mano.

Y si no te la aceptan, no te ofendas.

No es nada personal.

No era el momento.

No puedes salvar a nadie que no quiera salvarse.

No pierdas tu energía en batallas perdidas.

Gana sólo la tuya.

Y los demás se sumarán a tu victoria sin que lo pretendas.

Acepta el juego de la vida.

La vida es la que es.

No la que te gustaría que fuese.

Ni la que racionalmente desearías.

Es la que energéticamente necesitas.

La vida no es mental.

Es energética.

De ahí que cada día sea más dramática la distorsión.

Todo llega a su debido tiempo.

Ni antes ni después.

Si disfrutas del presente no necesitarás paciencia.

La paciencia es el calmante de una vida sin pasión.

No juzgues.

Sé tolerante.

Todos tienen algo que aportarte.

Todos.

Aunque tu ego te lleve a pensar lo contrario.

Incluso aquél que más desprecias.

Precisamente ese es el que más habla de  ti.

El Universo es inclusivo.

Todo suma.

Nada resta.

Si lo que quieres es ser grande.

Suma

No restes.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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