El éxito o el fracaso lo decides tú

 

No te voy a mentir.

Hay algunas noches (como hoy) que cuando pienso que he de ponerme a escribir después de cenar me dan ganas de dejarte plantado/a e irme a la cama a descansar.

Y más después de estar todo el día haciendo sesiones y terapias.

Justo en ese momento hay un instante en el que si me dejara vencer por la vocecita de la mente…

Esa tan potente, maléfica y perversa:

-“Baaah, ya les escribirás otro día que hoy estás cansado, déjalo que no hace falta que te lo curres tanto”

Hace tiempo que ya no habría blog.

O si lo hubiera no tendríamos el rollito que tenemos cada noche.

Ni sería lo que es.

Ni tendría tantos clientes.

Ni habría gira.

Ni seguidores.

Ni feeling cada noche.

Ni habría nada.

Ni muy probablemente la ilusión que tengo por darte lo mejor de mí.

Porque el hábito de no escribir hubiera podido conmigo.

Eso sería fracasar.

No intentarlo.

Dejarme vencer por la desgana.

No ponerme.

Y dejar de escribir.

Pero justo en ese preciso instante que me viene la vocecita, me grito a mismo:

– NO!! Ni caso a la mente!!

-Sólo es un saboteo.

Y me siento delante del ordenador.

Respiro.

Cierro los ojos.

Conecto conmigo.

Visualizo mi sueño ( hoy me he visualizado disfrutando con vosotros en los talleres de la gira)

Y entonces, sí.

Me desaparece el cansancio.

La vocecita se rinde a mi poder.

Y empiezo a escribir de carrerilla.

Tal cual me sale del alma.

Hasta que acabo el post y me voy a dormir satisfecho.

Y eso para mí es el verdadero éxito.

De una micromillonésima de segundo.

Pero un exitazo porque me acerca cada día a aquello que realmente deseo y me hace feliz.

Cuando me preguntan qué es el éxito siempre respondo lo mismo.

El éxito nada tiene que ver con grandes lujos.

Ni con casas.

Ni con coches.

Ni con grandes trabajos.

Ni siquiera con grandes cuentas bancarias.

Hace un tiempo sí lo creía.

Pero ahora ya no.

Ahora ha cambiado mi concepto de éxito.

Para mí el éxito es ser quien realmente quieres ser.

Hacer lo que realmente quieres hacer.

Y lanzarte a los sueños que deseas alcanzar.

Independientemente de lo que digan, piensen o crean los demás.

Porque si hay alguien que ha venido a vivir tu vida , ese/a eres tú.

No los demás.

Para tener éxito en la vida hay algo básico y elemental.

Lo más importante.

No traicionarte jamás.

Ser fiel a tu esencia.

A aquello que realmente te sale del corazón.

Y desde ahí, dar pequeños pasitos.

Da igual los que sean.

Pero dar pasitos.

No hace falta que sean muy grandes.

Pequeños.

Muy pequeños.

Ahí está tu verdadero éxito.

A veces son decisiones de microsegundos.

Pero que si las tomas estás cambiando el rumbo de tu historia.

En todos los casos el éxito empieza por ti.

Por vencerte a ti mismo.

A tus saboteadores.

A tus miedos.

A tus ansiedades.

A tus automatismos de siempre.

A tu apatías.

A tus reacciones.

A todo aquello que has ido incorporando sin darte cuenta y que te está limitando.

Ese es el verdadero éxito.

Ganar la partida dentro.

En ti.

Porque si la ganas dentro, la de fuera está ganada.

Decir SI cuando tu mente quiere decir NO.

Respetarte cuando tu automatismo te lleva a no hacerlo.

Poner un límite cuando nunca lo has puesto.

Dejar de insultarte cuando siempre te has tratado mal.

Permitirte un pasito cuando nunca te has permitido caminar.

Empezar confiar en ti cuando nunca lo has hecho.

Pararte treinta segundos a reflexionar antes de entrar en una bronca
cuando nunca te has parado.

Respirar y ser consciente de tu respiración cuando nunca lo has hecho.

Pararte a sentir qué se mueve en tu corazón cuando jamás lo has escuchado.

Abrazar y besar a tu pareja, a tus hijos o a quien sea dejando de lado el trabajo o lo que tengas en la mente y disfrutar sólo del momento, sintiéndolo desde lo más profundo de tu ser.

Permitirte bailar, cantar, escribir o lo que realmente te apetezca hacer si deseas hacerlo cuando nunca te lo has permitido o te has castigado diciéndote que no vales para eso.

Valorarte y tratarte con cariño cuando siempre te has desmerecido y nunca te has valorado.

Dar un paso adelante cuando siempre has permanecido inmóvil.

Expresar algo en positivo cuando te has pasado todos estos años siendo negativo.

Agradecer lo que tienes, lo que sientes y el aire que respiras cuando te has pasado la vida quejándote por lo que falta y pensar que cualquier día te puedes ir de este mundo sin haberlo disfrutado.

Darte la libertad de hacer lo que te dé la gana y darte la oportunidad de ser quien quieras ser cuando nunca lo has hecho.

Cerrar los ojos, soñar y volar cuando siempre has permanecido en tierra.

Ese es el verdadero éxito.

Cambiar pequeñas cosas de tu vida y volver a ilusionarte.

El mundo te dará lo que tú te des.

No esperes tener éxito ahí afuera si no eres capaz de tenerlo contigo.

Porque lo de ahí afuera sólo es un reflejo de tu forma de tratarte y tu forma de amarte.

Y si no has sabido amarte hasta hoy.

Toma esta noche la decisión.

Y empieza.

Sólo es dar un pasito cuando nunca lo has dado.

Eso es tener éxito.

Empezar a amarte cuando te has pasado la vida pensando en los demás olvidándote de ti.

Siempre digo que el exitazo sólo es una suma de exititos.

No hay pasos gigantes.

No hay grandes triunfos.

No hay exitazos.

No existen.

Parece que existan.

Pero no.

Sólo son el resultado de triunfitos.

De exititos.

A veces invisibles.

Insignificantes.

Que parece que no te lleven a ninguna parte pero que te conducen al exitazo si son constantes, comprometidos y continuados.

El éxito no se consigue de la noche a la mañana.

Es imposible.

El éxito sólo es un resultado.

De la perseverancia.

Del tesón.

De la constancia.

Del trabajo diario.

De la confianza.

Del amor hacia uno mismo.

El éxito es una actitud.

Es una filosofía de vida.

Es fracasar y volver a intentarlo.

Es caer y levantarse.

Es caerse otra vez y volver a levantarse.

Es regenerarse una y otra vez.

Como la vida.

El éxito es un hábito.

Es repetir.

Repetir.

Repetir.

Y repetir.

No hay secreto.

Vence los malos hábitos.

Amate.

Trátate bien.

Cree en ti.

Valórate.

Perdónate.

Se fiel a tus valores.

Respétate.

Date el permiso de soñar.

Lánzate.

Y si te caes, te levantas.

Y si te vuelves a caer, te vuelves a levantar.

Y cuando creas que ya no puedes más.

Cierras los ojos, respiras, te llevas la mano al corazón.

Y lo vuelves a intentar.

Hasta que te salga.

Hasta que lo consigas.

Y tu vida, hagas lo que hagas, será un exitazo.

Pero recuerda que no hay exitazo sin exitito.

Y el exitito, en muchas ocasiones, es una decisión.

Una decisión que sólo depende de ti.

Tú decides el éxito, el exitito y el exitazo.

O el fracaso.

Nunca te quejes.

Decide y triunfarás.

Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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