El SER no está en ninguna parte.

No es algo que encontrar.

No es un lugar al que ir.

Es un estado con el que sintonizar.

Podríamos llamarle el estado del SER.

Aquel estado donde el Universo se pone a tu servicio para desarrollar tu propósito vital.

Un estado expansivo, sereno, equilibrado, en paz y lleno de energía.

Conectado con todos y con todo.

Aquel estado donde se ríe de verdad.

De corazón.

Y si se llora, se llora de tristeza.

No de sufrimiento.

Aquel estado donde se reconoce y se acepta el miedo.

Pero aún a pesar de sentirlo, se da un paso adelante para que los sueños se hagan realidad.

Aquel estado donde existe la solución.

Y no la queja.

Donde existe la motivación y la ilusión.

Y no el enfado y la resignación.

Donde reina la aceptación.

Y no el juicio y el castigo.

Donde todo se impregna de amor.

Y no de reproches continuos y de odio.

Donde existe el perdón y la liberación.

Y no la culpa y el orgullo.

Donde lo normal es la humildad.

Y no la prepotencia.

Donde conviven la comprensión y la compasión.

Y no el rechazo feroz y la intolerancia.

Donde la vida se convierte en abundancia.

Y no en carencia.

Donde la experiencia es plenitud.

Y no amargura.

Donde existen la firmeza y la responsabilidad.

Pero no la dureza y la agresión.

Donde reside el potencial auténtico de la esencia.

Y no el pseudo-falso poder del ego.

Donde todo suma.

Y nada resta.

Donde nace la auténtica sabiduría.

Y no la chulería.

Aquel estado de donde todos venimos.

Y casi nadie se esfuerza en volver.

Aquel estado donde sabes que todo lo que te llega es justo lo que necesitas.

Y lo agradeces.

Porque lo que más dolor te provoca es lo que te conduce a la maestría.

Aquel estado donde lo difícil parece que sea fácil.

Aquel estado donde todo es gratitud por sentir, vivir y respirar.

Donde lo realmente pequeño es lo importante.

Y casi siempre lo olvidamos.

Aquel estado donde todo es impermanente y temporal.

Y precisamente por eso , en cada segundo está la grandeza de la vida.

Aquel estado al que cuando llegas y lo vives, te quedas para siempre.

Porque sabes que es tu casa.

Porque sabes que es tu esencia.

Porque es tu estado natural.

Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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