Cómo ser todo sin hacer nada (segunda parte, el sentido de la vida)

By diciembre 20, 2015Conciencia, Espiritualidad

Seguimos con tu historia.

Que es la tuya, la mía y la de cada uno de nosotros.

La de todos.

Porque en realidad es la misma aunque la mente te lleve a pensar lo contrario.

Todo es uno y todo está unido.

Sólo que la mente lo separa.

Ayer nos quedamos en el impacto traumático de tu entrada.

Superado el impacto de aterrizaje.

Ahora ya respiras.

Ya estás metido en esta experiencia llamada vida.

¿Y ahora qué?

¿De qué va todo esto?

Pues esta historia que acabas de empezar sólo habla de ti.

Es un camino única y exclusivamente montado para tu evolución.

Entras, experimentas y te vas por dónde has venido.

Naces solo y mueres solo.

El resto es todo lo que necesitas para poner luz a tu viaje.

Es un potente viaje de evolución en la conciencia.

Es un viaje de bajada y de subida.

De involución y evolución.

Donde arriba está la Conciencia pura, la energía Universal, Dios, el campo cuántico, la mente de Dios, la Fuente…

Y abajo está la experiencia física y la máxima inconsciencia.

Bajas, experimentas, evolucionas y subes.

Vamos…

Que resumiendo, se trata de bajar, pasar por aquí y volver a casa.

Pero mucho mejor de lo que saliste.

Te suena aquello de “¿y Dios se hizo hombre?”

Pues van por ahí los tiros.

Sería algo así como…

El océano es océano pero se hace gota para saber que es océano.

Porque si no se desdoblara y no saliera del océano, no podría saber que es océano.

No se vería a sí mismo.

La conciencia se desdobla a sí misma para reconocerse a través de la experiencia.

De la tuya y la de todos, que en realidad somos lo mismo.

Llevado a las Sagradas Escrituras sería aquello de “todos somos hijos de Dios”

Que a mi particularmente me gusta mucho más lo de “todo es energía “ por lo de Einstein.

Pero vamos.

Que todo es lo mismo.

Todos los caminos llevan a Roma.

Son las grandes cuestiones filosóficas y los grandes enigmas que siempre se ha planteado la Humanidad.

Yo, cuando hablo de Sagradas Escrituras y sentido de la vida para nada estoy hablando de religión.

Estoy hablando del sentido de la vida.

Punto.

Aquí no hay que meterle ni mente ni juicio.

Ni bueno ni malo.

Ni barbas blancas, ni dedo acusador ni nada que se le parezca.

Eso es otra historia.

Precisamente humana y no divina.

Yo estoy hablando de espiritualidad, del SER y de la vida.

De conciencia e infinito.

De energía.

De algo muy profundo que no se puede reducir a un mero juicio.

Porque sería encorsetar lo infinito en lo finito.

Y eso es lo que justo hace la mente.

Por eso cuando juzgas estás completamente fuera de la energía Universal.

En la vida no se trata de juzgar.

Se trata de saber quién eres a través de esta experiencia.

Y sólo puedes dedicarte a la tuya.

Así que para descubrir lo que realmente eres has de experimentar lo que no eres.

Si no vivieras lo que no eres…

¿Cómo podrías saber lo que eres?

No podrías.

Sería imposible.

¿Cómo sabrías qué es la luz si no existiera la sombra?

¿O cómo sabrías qué es la noche si no conocieras el día?

Por eso necesitas venir aquí.

A vivir “lo de abajo” para darte cuenta de que eres “lo de arriba”.

Ya lo decían hace miles de años.

“Lo de arriba es abajo y lo de abajo es arriba”… ¿te suena?

Pues eso.

Que hace miles de años ya nos lo explicaban.

Pero nosotros erre que erre.

Metidos en la mente todo el día.

Que no.

Que la vida no es mente.

Es energía.

Y es presente.

Aquí y ahora.

El resto no existe.

La creación sólo existe en el ahora.

En la no mente.

En ese lugar donde ya está todo.

Porque todo está y estuvo unido.

La pregunta y la respuesta.

Y si le pones mente, lo separas.

Bloqueas la energía.

Por eso cuando quieres que llegue, no llega.

Y cuando no esperas nada, te llega todo.

Y aparece la magia de la vida.

Aquí entraría otra de las famosas frases “pide y se te dará”… te suena?

En realidad no es que pidas y se te dé.

Es que ya está ahí.

Ahí ya están todas las infinitas posibilidades de creación.

Pero si le metes mente, las bloqueas.

Pero para llegar a ese punto.

El de ser todo sin hacer nada, primero has de comprender tu existencia.

Y nada mejor para comprenderlo que mirarlo todo desde arriba.

Como hoy.

Porque así cuando estás abajo todo cobra más sentido y menos dramatismo.

Así que ahora que ya has nacido, ya respiras y ya le has dado el sentido a tu existencia.

Ya puedes empezar a caminar.

Ahora queda lo mejor.

Tu personaje.

Cómo lo creas.

Porqué reacciona cómo reacciona.

Y para qué la vida te trae lo que te trae.

Y ahí lo verás todo más sencillo.

Verás que te llega lo que te llega para evolucionar en la conciencia.

Para que trasciendas a tu personaje.

Y para que llegues a ser lo que realmente eres.

Esencia y energía.

Y no juicio, mente y personaje.

Así que mañana, la tercera.

Prometo ser menos filosófico y mucho más terrenal.

Al fin y al cabo, ya sólo queda lo más divertido.

La experiencia.

Lo que se toca, se oye, se ve, se huele y se saborea.

Que precisamente para eso te desdoblas y estás aquí abajo.

Para ponerle conciencia y disfrutarla.

Y no para sufrirla en la inconciencia.

Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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