Esta mañana me ha venido la inspiración para este post.

Hablando con un coach.

Y te escribo la conversación textualmente.

Así entras en situación.

“Yo cuando hago de formador no soy tan persuasivo (él).

Lo más persuasivo que existe es hablar desde el corazón (yo).

Yo le pongo ganas, pero el corazoncito en casa (él).

Cuando lo lleves contigo, arrasarás (yo).

Trabajo en un multinacional motivando a grandes grupos ¿tu?(él).

Yo trabajo solo, pero voy a “tu cocina”, a la esencia, donde está todo(yo).

Yo me dedico a las charlas para aumentar la productividad, ya sabes…bla bla bla (en un tono asqueado) (él).””

¿¿Bla, bla, bla???

Este post va para este coach.

Para ti.

Para el que vende.

Para el que lo intenta.

Para el que quiere convencer.

Para el que se quiere vender.

Y para todos.

Hagas lo que hagas y seas lo que seas.

Si lo que quieres es vender mucho y trabajar poco.

O vivir más y esforzarte menos.

Que también sirve.

Primera premisa.

Y yo diría que única.

Porque el resto viene solo.

Grábatelo en la cabeza.

Y a partir de ahora no salgas a la calle sin ella.

Grábalo a fuego:

“La mente habla, el corazón convence”.

¿Desde dónde vendes?

¿Desde arriba o desde abajo?

¿Desde la mente o desde el corazón?

Seguro que lo sabes.

Eres tan sabio que lo sabes.

Que te engañes es otra cosa.

Pero lo sabes.

Y quien dice vender, dice vivir.

Encontrar pareja.

Encontrar trabajo.

Hacer dinero.

¿Qué quieres en tu vida?

¿Esforzarte en vender?

¿O convencer sin esforzarte?

Son dos caminos totalmente diferentes.

Uno te lleva a trabajar.

Y el otro a disfrutar.

¿Sientes lo que haces?

¿O simplemente te lo “crees”?

¿Te apasiona vender lo que vendes?

¿Te apasiona vivir cómo vives?

¿O te aburre?

La solución está en ti.

Tú eliges.

Tú decides.

Para responderte a estas preguntas, haz una cosa.

Cierra los ojos.

Visualiza tu vida.

Tu venta.

Lo que quieras.

Respírala.

Y siéntela.

Escúchate.

Escucha tu cuerpo.

¿Dónde lo notas?

Si no lo notas o si lo piensas, estás fuera.

No venderás.

O venderás poco.

Y si lo haces será con mucho esfuerzo.

Lo mismo que vivir.

Si lo sientes.

Si lo vibras.

Si notas cómo corre por tus venas.

Venderás lo que quieras.

Y más.

La vida no trata de aguantar.

La vida no trata de ir pasando.

La vida no trata de resignarte.

Trata de vivir.

De vibrar.

De experimentar.

De sentir aquello que quieres.

Y de apasionarte por conseguirlo.

Y si no sabes lo que quieres.

Se trata de saberlo.

Y de sentirlo.

Quitándote todo ese montón de chatarra que llevas encima.

De lo que te han dicho que está bien.

Lo que está mal.

Lo que debes hacer.

Lo que no.

Lo que te mereces.

Lo que no.

Lo que es mejor para ti.

Lo que te conviene.

Lo que no.

Toda esa basura que te echaron encima.

Y no deja escuchar tu corazón.

Para vender y para vivir has de escarbar entre la basura amontonada.

Y sentir.

Si no sientes los latidos de tu corazón al pensar en tu futuro.

Has de seguir escarbando.

Lo que sea necesario.

Hasta llegar.

Has venido aquí a hacer algo y a vibrar.

Lo que sea.

Pintar.

Bailar.

Cocinar.

Hacer planos.

Escribir.

Dirigir altas finanzas.

Pilotar.

Servir cafés.

Dar clases.

Da igual.

Pero hay algo que hará latir tu corazón.

No es lo que haces.

Es desde dónde lo haces.

Hagas lo que hagas, hazlo con pasión.

Si no jamás convencerás.

Y tu vida y tu trabajo serán eso.

Justo lo que me decían esta mañana.

Bla, bla, bla..

Sólo hay un lugar en el Universo de donde brota la pasión.

Y es el corazón.

Porque es el único que bombea.

Y si no hay bombeo, no hay nada.

Si no hay nada, no hay vida.

Y sin vida, no hay pasión.

La vida no se piensa.

Se bombea.

Cuando escuches tu corazón.

Visualices tu futuro.

Sientas la ilusión.

Y tus valores en la vida estén alineados con tu mente, tu emoción, tu cuerpo y tu respiración.

Y todos vayan al unísono.

Es cuando entrarás en otra dimensión.

Donde uno ya no vende.

Transmite.

Donde ya no se trabaja.

Se disfruta.

Y donde las cosas ya no se persiguen.

Te llegan.

Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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