14 mandamientos y un consejo

 

No son los de la escuela.

Aquellos que te contaron.

Son los míos.

Por si te interesan.

Agradece

En la vida constantemente están sucediendo cosas.

Pon el foco en las que te llevan a tu poder personal, aquellas que te engrandecen.

Pon la atención en lo que tienes y no en lo que te falta.

Así vivirás en abundancia.

Poco a poca cambiará tu energía y atraerás lo que eres.

Abundancia.

Sonríe

El sonreír es una decisión personal.

No hace falta que nada ni nadie te haga sonreír.

Que nadie te quite ese derecho.

Tú mismo puedes forzarte a hacerlo y notarás que tu energía cambia automáticamente.

Pruébalo y te reirás solo.

Desdramatiza la vida.

Porque todo tiene su lado positivo.

Aunque ahora te sea imposible verlo.

Pide por favor

Antes de descargar tu mal humor en las personas de tu entorno, párate y reflexiona.

Ellos no tienen ninguna culpa de lo que sucede en tu interior.

Gestiónate primero y trata a los demás con amabilidad.

Pide las cosas por favor y conseguirás mucho más de lo que piensas.

Expresa

Date el permiso de expresar tus emociones.

De comunicar a los demás tus necesidades.

No des nada por supuesto.

Si quieres decir algo, dilo.

Pero no te lo guardes porque irás acumulando molestias en tu interior.

Estas molestias, se convertirán en enfado.

El enfado en rabia.

Y la rabia en ira.

Y al final acabarás diciéndolo igual.

Pero desde el odio.

Así que mejor, dilo ahora y desde el amor.

No es lo que dices, sino desde dónde lo dices.

Prioriza

Si se te acumula el trabajo, se te amontonan las tareas o no tienes tiempo.

Párate.

Y pregúntate que es importante y que no.

Recuerda que los que tienen éxito dicen no a muchas posibilidades para enfocarse en su prioridad y los que fracasan
desatienden su prioridad para enfocarse en muchas posibilidades.

Sé humilde

Acepta que eres una insignificante parte de un Todo infinito, cuyo orden perfecto está fuera de tu comprensión humana.

No eres más que nadie.

Es tu ego quién te lleva a pensarlo.

Cuanto más humilde seas, más brillante llegarás a ser.

Cuanto más prepotente, más te hundirás en la miseria personal.

La humildad te llevará a la grandeza, al poder personal y a la serenidad.

La prepotencia te conducirá al juicio, al rechazo, al fracaso personal y a la ansiedad.

Comprende

Alcanzar la sabiduría es ser capaz de comprender que cada ser humano es un universo totalmente diferente y que en ningún caso han de actuar como tú esperas ni deseas.

Y que a pesar de que a ti no te guste, el mundo y los seres humanos son como son y no como tú necesitarías que fueran.

Juzgar sólo te llevará al rechazo y la carencia.

Comprende desde dónde actúan y porqué actúan cómo lo hacen y tendrás muchas más capacidad para entrar en serenidad.

Acepta

Una vez comprendes que los seres humanos actúan cómo actúan en función de sus patrones, sus experiencias, sus familias, sus padres y sus carencias afectivas y no como a ti te gustaría, acepta y no te resistas.

La resistencia te llevará a la insatisfacción permanente.

Si no te resistes y aceptas la realidad tal y como es, tu poder personal será mucho mayor para actuar con la responsabilidad y la firmeza necesaria para alcanzar la vida que quieres.

Serás responsable desde el amor y conservarás toda tu energía.

Si te resistes, lucharás desde la rabia y te desgatarás inútilmente.

Responsabilízate.

Entiende de una vez por todas que el único protagonista y el único responsable de tu vida eres tú.

Si vas de víctima te estás anulando a ti mismo.

Estás poniendo tu felicidad en manos de los demás y de las circunstancias.

Tú eres tu vida.

Tú eres el responsable de tu felicidad.

Protégete

Pon límites en tu vida.

Aprende a decir NO cuando quieres decir no.

Y aléjate de todo aquello que te duele o cambia la percepción de lo que te duele.

Si insistes en abrir puertas que no se abren, te estás desprotegiendo y lo acabarás pagando con rabia, miedos o tristeza.

Acepta la pérdida, llora, respira la tristeza y aprende a decir adiós.

La pérdida es una gran maestra si te la tomas como una oportunidad de crecimiento personal.

Da lo que puedas

Una de las leyes espirituales es el dar y recibir.

En la naturaleza, para recoger primero hay que sembrar.

Ayuda los demás en la medida que tú puedas.

Aunque sean pequeños gestos, pero hazlos.

Eso sí, siempre que te lo pidan.

No te empeñes en ayudar a aquel que no te lo ha pedido porque perderás el tiempo y la energía.

Cada uno es libre de elegir su camino y en ningún caso has de forzar a nadie a elegir el tuyo.

Por mucho que te duela.

Acepta y comprende que sólo eres responsable de tu camino y te liberarás de cargas innecesarias.

Sé auténtico

No quieras ser quien no eres.

Porque estarás fuera de tu centro y de tu espacio vital.

Acéptate con tus fortalezas y tus debilidades.

Con tus virtudes y tus defectos.

No te escondas, muéstrate tal y como eres.

Cuanto más te descubras, contrariamente a lo que piensas, más poderoso serás.

El débil es tu personaje, tu esencia es invencible.

Amate por encima de todo

Nunca alcanzarás la verdadera paz y serenidad interior si primero no te das todas tus necesidades básicas afectivas.

Sólo podrás dar amor si te das amor.

De lo contrario, acabarás camino de la rabia y de la insatisfacción porque inconscientemente siempre estarás demandando amor.

Elige vivir desde el amor.

Amate a ti y los tuyos.

Permítete el lujo de decirles TE QUIERO.

Amarte conlleva el mayor respeto hacia ti mismo y un trabajo constante y metódico cada día de tu vida.

Respetarte, valorarte, permitirte, protegerte, atenderte, escucharte, comprenderte.

No culpabilizarte, no exigirte, no castigarte, acompañarte conscientemente.

Atender a tu niño interior.

Ser consciente de tu cuerpo.

Gestionarte emocionalmente.

Ser fiel y coherente con tus valores en la vida.

Apasiónate

Y cuando hayas logrado todo lo anterior sólo te quedará vivir tu vida desde la pasión más absoluta.

Aprende a vivir desde el placer y no desde la obligación.

Qué te motiva, qué te gusta, qué te mueve, qué te apetece y qué te emociona.

Descubre tus sueños y muévete por aquello que quieres.

Sueña, imagina y vuela.

¿Quién te lo impide?

Y un consejo.

La vida media de un ser humano es de treinta mil días.

¿Crees que vale la pena desperdiciar uno más en todos esos bucles en los que te metes constantemente?

A partir de mañana levántate cada día y constrúyelo como si nacieras de nuevo.

Teniendo en cuenta los 14 mandamientos.

Sólo es un consejo.

Lo dejo a tu elección.

Pero yo de ti, lo haría.

Total, no tienes nada que perder.

Y una vida por ganar.

Rafa Mota
Personal Coach

www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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