Hoy da igual a lo que te dediques.

Que seas director general, bombero, ejecutivo, directora financiera, farmacéutica, periodista, pequeño empresario, piloto, azafata, modelo, cocinera, camarero, presidente de compañía, coach, psicóloga, profesor, parado, ama de casa, informático, ingeniero, artista, escultora…

Me da igual.

Porque lleves el disfraz que lleves, hagas lo que hagas y tengas lo que tengas, tú y yo somos lo mismo.

Somos alma.

Somos niños.

Que hemos crecido y nos hemos hecho adultos, cada uno a su manera.

Con padres distintos y familias diferentes.

Pero debajo de esa máscara, está la esencia pura.

La tuya, la mía y la suya.

Que es la misma.

Y esa es nuestra grandeza.

Que cuando borramos el ego, aparece la esencia.

Y nos reconocemos el uno en el otro.

Por esta razón, conectándome yo con mi alma, conectas tú con la tuya.

Por esta razón, siendo yo auténtico, tú eres auténtico.

Por esta razón escribiendo desde el corazón llego directamente a tu corazón.

Porque mi niño es el tuyo.

Y hoy mi niño quiere hablar con el tuyo.

O la tuya.

Ese niño que hace muchos años llevas en tu interior y ni siquiera conoces.

Y que tienes olvidado.

Te está esperando cada día.

Porque te necesita.

Y tú le necesitas, aunque no seas consciente.

Por eso estás como estás.

Por eso te sientes cómo te sientes.

Te sientes perdido.

Te sientes solo.

Te sientes necesitado.

Te sientes poco valorado.

Te sientes poco respetado.

Te sientes poco querido.

No porque los otros no te quieran.

O no te respeten.

O no te valoren.

No es lo de los demás lo que te duele.

Es lo tuyo.

Es tu niño que está llorando en tu interior.

Esperando a que vayas a rescatarle.

Esperando a que le descubras y le digas que le amas.

Que le proteges.

Que le valoras y que le respetas.

Y que todo aquello que no tuvo en su momento.

Que sus padres no supieron o no pudieron darle, se lo darás tú a partir de ahora.

Porque en la mayoría de casos, ese niño, tu niño, que está herido, a veces incluso hasta desangrado, necesita de tus mimos para que se cure.

No necesita ni dinero, ni trabajo, ni pareja, ni casas, ni regalos.

Sólo necesita tu presencia.

Sólo necesita que le abraces.

Sólo te necesita a ti.

Porque eres su vida.

Porque es la parte que te falta.

Porque es lo que siempre estás buscando en los demás.

Y nunca encuentras.

La razón de tu insatisfacción permanente.

La razón de tu búsqueda constante.

Es aquello que jamás encontrarás fuera.

Porque no está fuera.

Está dentro.

Y es tu niño.

Esa energía tuya que algún día se quedó quien sabe dónde bloqueada y herida.

Y que no te dejará fluir hasta que no acudas a desbloquearla.

Es tu creatividad, tu intuición, tu energía vital, tu imaginación, tu inocencia, tu pasión…

Son tus ganas de soñar, tus ganas de reír, tus ganas de jugar, tus ganas de vivir…

Es tu emoción, tu conexión interior…

¡Son tantas cosas!

Es tu niño.

¡Y lo llevas dentro!

Cierra los ojos, imagínate, recuérdate, ve a buscarle…

Y ahora que te tienes ahí delante, mirándote con ternura, mirándote a los ojos…

Respóndeme: ¿no se merece que le demuestres lo mucho que le quieres?

Hazte un gran favor.

Permítele disfrutar, permítele reír, permítele fluir.

Y no le castigues más.

Si se equivoca, si comete errores, si no puede más, si quiere descansar, si no lo hace mejor, da igual.

Sea como sea.

Acéptale tal y como es.

Y dile que hiciera lo que hiciera, no es culpable de nada.

Porque hizo lo que pudo.

Confía y enséñale a hacerlo mejor.

Pero desde el amor.

Porque si algo necesita que le des, es amor y protección.

No seas más duro contigo.

Porque hagas lo que hagas y tengas lo que tengas.

En el fondo, sigues siendo un niño.

Como yo.

Pero yo hace tiempo que lo recuperé.

Y ahora está aquí conmigo, intentando que tú recuperes al tuyo.

Porque tanto tú como yo, somos niños.

Y si el mío ya brilla y está contento.

También quiero que el tuyo lo haga.

Porque recuperando el niño que fuiste, recuperarás una vida que creías perdida.

Palabra de niño.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

2 Comentarios

Deja un comentario