Si tienes una parcela en la montaña y quieres tener árboles frutales, primero has de trabajar la tierra, plantar unas semillas, regar, abonar, cuidarla y esperar el tiempo necesario a que la madre naturaleza realice su proceso.

Entonces tendrás los árboles.

Por mucha prisa que tengas, por mucho que los necesites o por muchos “creo que”, “debo que”, “tengo que”, la naturaleza seguirá su curso y no hará ni puñetero caso a tus pájaras mentales ni a los argumentos que le des para justificar tus necesidades, tus carencias , tus debilidades o tus prisas por tener resultados.

Los árboles aparecerán cuando sea su momento.

Ni que te pongas a gritar como un histérico, dándoles prisa para que crezcan más rápido, lo harán.

La naturaleza, a su ritmo.

Ni antes ni después.

En su justo momento.

Hay un momento para todo.

Y tu vida, aunque creas que vas por libre, es parte de este gran engranaje que se llama Universo.

Por tanto, exactamente igual.

Cuando quieras algo de corazón, si está alineado, lo conseguirás.

A su tiempo.

Pero para ello tendrás que trabajar y entrenar mucho para conectarte con el Todo, alinearte con tu verdadera esencia original, conocer tus auténticos valores y descubrir tu propósito vital.

Los «tengo que», los «debería que», los «creo que», las justificaciones, las excusas, el ruido mental, la palabrería son cosas de la mente que nada tienen que ver con el proceso natural de la vida ni del Universo.

Así que has de empezar a eliminarlos de tu vocabulario (no lo conseguirás de hoy para mañana, pero todo es cuestión de entreno, como siempre) si lo que quieres es alinearte.

Una vez integres que la vida se conecta a través del cuerpo, se siente con la emoción y vibra con el corazón, la mente sólo aparecerá para organizar lo que fluye delante de tus ojos.

Pero no al revés.

Porque la mente que juzga, opina, decreta y ordena, obstaculiza y paraliza el proceso natural.

Si lo que deseas es fluir con la vida, tu diálogo interior ha de empezar a cambiar.

Has de incluir el “QUIERO” y el “SIENTO” en tu vocabulario y trabajar la “PACIENCIA”, que es el arte y la sabiduría de comprender que la naturaleza es un proceso muy complejo y requiere su tiempo para desplegar todos sus propósitos.

El problema no es la naturaleza.

El problema es tu mente, que no tiene ni idea de cuál es tu propósito vital.

Si quieres conectar con tu verdadera esencia original bombea el corazón y silencia tu mente.

Cuanto menos juzgues y menos pienses, más fliurás con la vida y menos te pelearás con ella.

Y cuanto más en el ahora y menos en el pasado y en el futuro, más armonioso será tu día a día.

Tu pasado no existe y tu futuro, tampoco.

Lo estás creando ahora, en este instante.

Y el pasito que des, dalo con el corazón.

Bombeando fuerte.

Porque si no, ¿hacia dónde vas? ¿qué fuerza te impulsa realmente?

Hazte estas preguntas:

1) Para crear sentido de dirección

¿Qué quiero o deseo para disfrutar realmente de la vida? ( olvidándote del “tengo que…”, ni ”debo que …” , ni “he de…”)

2) Para crear sentido de trascendencia.

¿Qué siento que he venido a hacer aquí? ¿A dónde me llevaría el corazón? ¿Cuál es mi sentido vital? ¿Qué tengo yo que pueda aportar y que de trascendencia a mi vida?

Y en función de las respuestas, empieza a buscar las semillas necesarias y a trabajar la tierra (tu camino).

Sé un buen labrador.

Si QUIERES manzanas, planta semillas para que crezcan manzanos y tendrás lo que algunos llaman “suerte”.

Que no es más que plantar una causa alineada con tu esencia y recibir el efecto esperado de esa causa.

Si quieres peras y plantas manzanos, tendrás lo contrario.

Lo que algunos llaman “mala suerte”.

Que no es más que plantar una causa equivocada esperando un efecto acertado.

Y sobre todo, ten paciencia.

Que la madre naturaleza es muy sabia.

Infinitamente más que tus juicios mentales.

Que por eso lleva miles de millones de años y todavía enamora y encandila con su belleza.

Por algo será.

Y ten en cuenta una cosa.

La mente muchas veces se equivoca.

Tu corazón, no.

Y si no, imagínate en el altar, enamoradísimo/a de tu pareja, con la emoción del día de tu boda y con esa ilusión que te transporta al país de las maravillas, y dime:

¿Te casarías con alguien que contestara a la famosa pregunta del momento culminante de la boda: “sí, debo…” o “sí, tengo que…”?

¿O sólo con alguien que gritara bien fuerte a los cuatro vientos, lleno de emoción y energía, con esa fuerza que sólo surge del corazón cuando realmente amas a alguien: “¡¡SI, QUIERO!!”?

Si en la vida “tienes que” o “debes de ”, entonces…

¿Porque crees que ella querría casarse contigo?

¿Pura lógica no?

Lógica del corazón

Rafa Mota
Personal Coach

www.rafamota.com

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

¿Y tu qué?
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2 Comentarios

  • Estefania dice:

    Me encantan tus enseñanzas, creo que son mensajes y herramientas muy buenas para vivir y que tanto las necesita el mundo.

    Gracias Rafa.

    • Rafa Mota dice:

      Muchas gracias Estefanía por tu comentario. Es un placer y un honor para mí si te puedo acompañar con mis escritos.
      Un saludo

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