Hoy me apetece hablarte de la culpa, ese monstruo tan destructivo y tan maquiavélico que hace que muchos seres humanos se impidan a si mismos el camino hacia la serenidad, la felicidad y la paz interior.

Así que si eres uno de ellos, hoy te voy a dar una gran noticia.

La culpa no existe. Es un pensamiento distorsionado. Una red neuronal instalada en tu mente basada sólo en creencias que te impiden evolucionar.

Te voy a dar unas cuantas premisas que he ido aprendiendo a lo largo de todo este tiempo para que a partir de ahora puedas dejar de flagelarte y empezar a amarte de verdad. Paso imprescindible para alcanzar el bienestar personal y la felicidad.

Premisa 1
El error es humano. Es parte de la vida. Todo ser humano se equivoca. Sin error no hay ni aprendizaje ni evolución. Si no fallaras nunca serías una máquina, pero no lo eres. Si lo que quieres es ser perfecto, pregúntate por qué quieres serlo. Qué carencia tienes o qué estás necesitando que no te estás dando para buscar tanta perfección (¿quizá que te valoren más? ¿que te quieran? , ¿que te respeten?…). Si aun así, sigues empeñado en la perfección, siento defraudarte pero te has equivocado de planeta. En el planeta Tierra no existe la perfección. Olvídate de ella y empieza a entrenarte para integrar el error en tu vida. Permitirse fallar es amarse profundamente. Y “paradójicamente” (ya sabéis que yo pienso que las paradojas son distorsiones) cuanto más te permitas, menos fallarás.

Y si no, haz un ejercicio. Cierra los ojos y visualízate a ti de niño o niña con tu padre al lado en dos situaciones. Una, con tu padre gritándote, exigiéndote hacerlo todo correctamente sin margen de error y castigándote cada vez que fallas y la otra, con tu padre mostrándote el camino con amor, dejando que demuestres tu máximo potencial y premiándote cada vez que consigues avanzar. ¿En cuál crees que el niño se sentirá mejor, demostrará su mayor potencial y jamás se romperá? Pues ahora, ese padre eres tú.

Premisa 2
Nadie puede hacer feliz a nadie. La felicidad es una decisión interna. Es una forma de vivir. Si una persona no es feliz sin nada, tampoco lo será con todo, por mucho que tu fantasía te lleve a creer que sí, porque la felicidad no está fuera, está dentro. Por tanto, por mucho que le entregues tu vida a alguien, no le hará más feliz. Todo lo contrario, entregándosela le harás un flaco favor porque impedirás su verdadera evolución. Cada uno es responsable de su vida y de su felicidad.

Premisa 3
Todo ser humano con las herramientas que dispone, las estrategias que ha aprendido a lo largo de la vida, las carencias afectivas que tiene, los automatismos inconscientes que le dominan y la situación que vive, toma la mejor decisión posible en cada momento. Si no toma otra es porque no sabe, no puede, no lo necesita o no es verdaderamente consciente. Por tanto, con esas condiciones y no otras, esa decisión siempre es la mejor opción posible (que no la más acertada) por muy aberrante que te parezca.

Premisa 4
El universo es causal. Toda causa tiene un efecto. Cuando sucede la causa, se desconoce el efecto.

Por tanto, la culpa es una distorsión. Es un juicio sobre la causa del pasado conociendo el efecto del futuro y eso es una trampa mortal que lleva a la autodestrucción. Todas aquellas frases del “si lo hubiera hecho mejor…” , “ si lo hubiera sabido…”, “si me hubiera frenado…” son distorsiones de la mente. Porque si hubieras podido, lo habrías hecho. Pero no lo hiciste porque no pudiste o no supiste y ahora la realidad es otra totalmente distinta. La vida es la que es en cada “aquí y ahora” y no la que podría haber sido. El pasado físico no se puede cambiar, pero sí trabajar para cambiar la percepción de ese pasado (y leyendo este post ya lo estás empezando a hacer). No hay lamento, hay crecimiento.

Premisa 5
Hay experiencias vitales. No dramas. Cuanto más aceptes el error y más desdramatices la vida, más sensación de bienestar tendrás. El universo tiene un orden perfecto e infinitamente más grande que tú e intentar entender una realidad ilimitada con sentidos limitados es entrar en un bucle destructivo. Has venido a experimentar, tanto lo bueno como lo malo. Pretender que todo lo que te sucede sea bueno, es una ficción. Si algo sucede, es para aprender y evolucionar. La vida es limitada y finita y enrocarse en el castigo y la culpa es completamente absurdo.

Premisa 6
La culpa lleva al castigo. La responsabilidad lleva a la evolución. Hay que responsabilizarse del efecto y sanarlo de la forma más positiva posible. Y el autocastigo es la peor de todas que no permite reparar nada.

Ahora dime:
Si el error es parte del ser humano. Si no eres el responsable de la felicidad de nadie por mucho que lo intentes. Si hiciste lo mejor con lo que tenías, lo que sabías, lo que conocías o lo que vivías (no seas tramposo y lo mires desde hoy, vete al ayer y míralo con las circunstancias de aquel pasado). Si la vida es la que es a cada momento. Si castigarte es vivir en el infierno permanente y permitirte es amarte de verdad…. ¿no crees que ya va siendo hora de dejar de castigarte para empezar a evolucionar?.

La culpa te lleva al infierno del castigo.

La responsabilidad, al cielo de la evolución.

Por supuesto, siempre eres libre de elegir.

Pero yo, de ti, lo tendría claro.

Eligiría cielo.

Al menos, no te quemarás.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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