“La plenitud y la abundancia sí existen,
pero aprendimos a buscarlas en el lugar equivocado”
Desde muy pequeño tuve dos pasiones. Las estrellas y los payasos. Las primeras me transportaban a la magia de lo infinito. Y los segundos me despertaban el alma y la ilusión, esa que todos los niños llevamos dentro. Ahora sé que mi auténtico propósito era una mezcla de los dos.
Nací en una familia de empresarios donde los valores eran el esfuerzo y el sacrificio (poco que ver con los valores del alma humana) y así fue, como de niño, de forma inconsciente e inocente, por miedo al rechazo, traicioné a mi auténtica esencia.
SESIONES
Una sola decisión puede cambiar
el rumbo de tu historia