Hoy escribo para motivarte (espero y deseo).
Por si no crees en ti.
Por si crees que no vales.
Por si crees que no puedes.
Por si crees toda esa sarta de conexiones neuronales que te impiden ser quien tú quieres.
La realidad es ilimitada.
Tal cual lo oyes.
Ilimitada.
Que tú la percibas como la percibes es sólo un problema tuyo.
La percepción es sólo una construcción cerebral.
En un momento dado de tu vida tu mente creó una percepción de la realidad en base a lo que viviste.
O más bien a lo que interpretaste que viviste.
Y ahí se conectaron tus neuronas.
Formando esa construcción mental que ahora se ha convertido en tu cárcel de cristal.
Hace muchísimos años experimentaste, interpretaste, formaste la construcción mental y empezaste a perder tu verdadera libertad.
Fuera lo que fuera lo que interpretaste, tu niño o tu niña lo grabó.
Y lo conectó.
O bien te creíste incapaz por cualquier razón.
O bien te creíste no valorada por tus padres.
O bien rechazada porque interpretaste que amaban más a tu hermano.
O bien te creíste un inútil porque quizá te lo repitieron demasiado.
O bien asociaste amor con mal trato porque fue tu realidad.
O bien que la gente con dinero eran despiadados y malas personas porque en tu familia así lo creyeron.
O bien que no merecías que la vida te tratara bien.
O bien que la vida era una lucha y sacrificio constante.
O miles de creencias y patrones limitantes que te fueron transferidos por tus padres.
Por tus generaciones anteriores.
Porque eran comunmente aceptadas y vivían en el inconsciente colectivo.
Porque simplemente se filtraron en tu inconsciente sin saber su procedencia.
O porque fueron comportamientos que aprendiste por imitación o por rebelión a la familia.
Lo grabaras como lo grabaras, lo que ahora tienes en tu mente sólo es una construcción distorsionada de la realidad.
Vives la realidad y la percibes en función de cómo te programaste.
Y no puedes conseguir aquello para lo que no fuiste programado.
Así que si quieres algo diferente sólo podrás conseguirlo cuando te reprogrames.
El primer paso es ser consciente de tus pensamientos y de tu diálogo mental.
Y saber que es sólo un hábito.
Un simple y triste hábito.
Una forma de pensar y de hablar contigo mismo repetida millones de veces durante años que lo único que ha hecho ha sido reforzar esa construcción mental limitante.
Esa cárcel de cristal.
Y cuanto más te la repites más la refuerzas.
Así que a partir de hoy si quieres empezar a cambiar tu vida y conseguir aquello que deseas, empieza a hablarte diferente.
Tu vida sólo es el resultado de una forma de pensar repetida hasta la saciedad.
Te las has repetido tanto durante tanto tiempo que te la has creído.
Y la has automatizado de forma tan inconsciente que ahora ya no te das ni cuenta.
Y así estás.
Que te crees que no vales.
Que te crees que no puedes.
Que te crees que no sabes.
Que te crees que no te lo mereces.
Que te crees que la vida es para sufrir.
Y tantos y tantos otros pensamientos que te impiden una vida de sueño y de armonía.
Toma conciencia y empieza volar hacia la libertad.
Se acabó desvalorarte.
Se acabó insultarte.
Se acabó ningunearte.
Se acabó desmerecerte.
Se acabó considerarte una piltrafa.
Se acabó creerte un fracasado o fracasada.
Se acabó creerte incapaz.
Se acabó cualquier pensamiento que te limite.
Escúchame bien.
¡¡ES FALSO!!
Todo es falso.
Sólo es una simple barrera de cristal.
Una construcción artificial.
Tan débil que cambiando la percepción se romperá en mil pedazos.
Sólo es un hábito mal creado.
Y repetido millones de veces.
Ahora toca cambiar.
Volver a crearlo.
Pero en positivo.
Y repetírtelo millones de veces.
Hasta que te reprogrames.
No hay varitas mágicas.
No hay pastillas.
No hay polvos de la suerte.
Hay trabajo.
Y muy duro.
Hay entrenamiento.
Y muy duro.
Hay reprogramación mental.
Y muy intensa.
Hay conciencia.
Para que cada vez que te venga un pensamiento, cambiar.
Y cambiar.
Y cambiar.
Y cambiar.
Y cambiar millones de veces.
Hasta que la construcción mental limitante haya desaparecido.
Ya está bien de la autocompasión.
Y ese diálogo autolimitante de víctima.
De la mala suerte.
Del destino inamovible.
¡¡NO!!
La cuestión no es que los sueños no existan.
O sea imposible cambiar.
Cambiar es posible.
Y los sueños existen.
La cuestión es …
Cuánto estás dispuesto a trabajar para conseguir tus sueños y cambiar tu vida.
Se acabaron las justificaciones.
Las excusas.
Si lo que quieres es cambiar hay que ser valiente y dar un puñetazo al destino.
Y demostrarlo.
Gritar: ¡Ahora mando yo!
Y no el miedo.
El antídoto del miedo es el amor.
Y el amor es tu oportunidad.
Porque sabes.
Porque puedes.
Porque te lo mereces.
Porque eres importante.
Porque tu vida te necesita.
Y porque tus sueños están ahí esperándote.
No esperes nada del destino.
El destino ya existe.
Todo ya existe ahí afuera.
Incluso el mayor de tus sueños.
Pero no es el destino quien ha de trabajar para venir hacia ti.
Eres tú que has de ir hacia él.
Y lo conseguirás rompiendo tu pequeña cárcel de cristal.
Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com