La vida es la magia.

Y tú eres el poder.

Pero no vives en el lugar en el que todo sucede ni utilizas las herramientas que el Universo te dio.

Por eso no te encuentras.

Por eso “crees” que no tienes poder.

Por eso sientes ese vacío y esa insatisfacción.

Porque no estás en tu lugar.

Hoy quiero transmitirte ganas y energía.

Serán las estrellas de la noche.

Pero me siento así y así te quiero escribir.

Si ya me vas conociendo sabrás que cuando te escribo siento mucho y pienso muy poco.

Es el secreto para escribir con el alma.

No pienso en si te voy a gustar o no.

Sólo pienso en lo que quiero transmitirte.

Te podré gustar más o menos.

Pero es la única manera de ser yo.

Si lo pensara demasiado tendría interferencias y dejaría de ser yo para ser aquello que debería ser.

Y hace tiempo que decidí ser yo.

Sin distorsiones.

Auténtico y original.

Asumiendo el riesgo de que podría no gustar.

Riesgo, que en mi caso, me tocaba directamente porque mi herida más dolorosa siempre fue el miedo al abandono y al rechazo.

Si quieres algo ve a por ello.

Lánzate.

Si lo que quieres está alineado contigo lo lograrás.

Que el mundo  piense que no puedes lograrlo no significa nada.

Sólo significa que ellos creen que no puedes lograrlo.

Son sus conexiones neuronales.

Es su percepción.

Nunca permitas que unas simples conexiones neuronales formadas en la mente de otra persona anulen tu vida y anulen tu sueño.

Tu vida es tuya.

Haz lo que quieras con ella.

Eres demasiado grande para que una neuronitas nacidas en el cerebro de otra persona te digan lo que debes o no debes hacer con tu vida.

Si quieres hacerlo, hazlo.

No importa lo que digan los demás.

Porque lo que te digan será «su» verdad.

Pero no la tuya.

Y lo que te hará ser abundante, expansivo y mágico será «tu» verdad.

Si hubiera hecho caso a quienes me criticaron duramente cuando decidí dedicarme a este mundo espiritual (algunas personas muy muy cercanas a mi) hoy no estaría aquí con este blog, la consulta llena, los talleres por toda España, preparando un libro que saldrá espero que este año y otros proyectos que estoy preparando.

Si te dicen que no puedes, respétalo.

Al fin y al cabo es una opinión y merece respeto.

Pero respétate a ti y conéctate a la vida haciendo lo que has venido a hacer.

Vivir tu vida.

Sueña.

Porque puedes soñar.

Vuela.

Porque puedes volar.

Crea.

Porque puedes crear.

Fluye.

Porque puedes fluir.

Vive.

Porque puedes vivir.

Siente.

Porque puedes sentir.

Enfoca.

Porque puedes enfocar.

Haz.

Porque puedes hacer.

Sé quién has venido a SER.

Porque puedes hacerlo.

El problema no eres TÚ.

Tú eres capaz de hacer todo aquello que te propongas y que esté alineado contigo.

El problema es que durante años y años te has entrenado duramente sin enterarte en ser alguien que no querías ser.

Te has entrenado en la anulación personal.

En la culpabilidad.

En la agresividad.

En la sumisión.

En la autoexigencia.

En la inseguridad.

En la incapacidad.

En la depresión.

En la comparación.

En el miedo.

Y en tantas otras distorsiones.

Mira si eres capaz que lo has hecho perfectamente.

Lo has hecho magistralmente.

Tanto, que lo has conseguido.

Sólo que de forma inconsciente, limitada y contraria a lo que realmente deseabas.

Y ahora vives en tu personaje.

En tu cárcel emocional y celular.

Y, con perdón, estás jodido.

No te culpes.

Nadie te lo dijo.

Nadie te lo enseñó.

Nadie te contó de qué iba esta historia.

Lo hiciste sin darte cuenta.

Tu niño o tu niña montaron una percepción mental distorsionada.

Y tu adulto se la creyó y la justificó durante años.

No te castigues más.

Perdónate por ello.

Cada vez que te castigas por ser como eres estás reforzando tu personaje y tu cárcel celular.

Lo único que consigues es limitarte más y más.

Ha sido tu historia.

Compréndela.

Perdónate.

Acéptala.

No puedes cambiar el pasado.

Pero sí transformar el resto de tu vida.

La sombra del pasado sólo es el combustible necesario para alcanzar la luz del futuro.

Cada vez que caigas en la tentación de castigarte, quejarte, victimizarte, anularte, insultarte, culpabilizarte, compadecerte o tantos otros hábitos, para y respira.

Estarás cambiando tu destino.

Empieza a comprender que a partir de hoy sólo tú eres el responsable de tu vida.

Empieza a crear la historia que desees.

Pasito a pasito.

Día a día.

Hábito a hábito.

No hay fómulas mágicas.

No hay pastillas.

La receta de la felicidad y de la evolución es trabajo y crecimiento personal.

La vida es la magia.

Y tú eres el poder.

Sería una pena que marcharas de este mundo sin experimentarlo.

Si quieres una nueva vida, muy probablemente, te toque empezar de nuevo.

Desde cero.

O desde el menos mucho (conozco el menos mucho, por eso aquí estoy contándotelo, porque todo esto ya lo he vivido y lo experimento día a día)

Pero esta vez tendrás que entrenarte de forma consciente, enfocada y que te potencie.

Si, ya sé.

Cuesta.

Claro que cuesta.

Hay días que lo enviarias todo a paseo.

Lo que has construido de forma inconsciente durante tantos años no desaparece en un día.

Crear vida de forma consciente es todo un arte.

Y una verdadera obra de arte cuando primero has de deconstruir para volver a construir.

A mi en eso, debo reconocer que la vida me lo puso fácil.

Me lo destruyó todo.

Sólo tuve que construir de nuevo con unas bases completamente diferentes.

Necesita práctica.

Mucha práctica.

Es como aprender a conducir.

Por el camino te caerás una y mil veces.

No desesperes.

Mándalo a paseo si hace falta.

Grita.

Llora.

Berrea.

Pero si te caes, vuelve a levantarte.

Tarde o temprano, lo conseguirás.

Si quieres transformar tu vida convierte el trabajo personal en una filosofía de vida.

Todos vamos al gimansio.

A la pelu.

A comprar ropa.

Intentamos lucir.

Pero nadie entrena la mente ni la consciencia.

Todo, todo, todo en la vida es entreno mental.

Para.

Respira.

Observa tus pensamientos.

No te dejes llevar por ellos.

Vive en el ahora y si te vas, vuelve.

No vivas en la mente.

Recuerda siempre.

Aquí y ahora.

El tiempo no es lineal.

Es circular, todo pasa ahora.

La pregunta y la respuesta ya están aquí.

Unidas.

En el «no tiempo».

En la no mente.

Por eso cuando piensas, las separas.

En la mente todo es una ilusión.

No es real.

Todo son pensamientos y creencias de vete a saber cuándo y de quién.

Háblate bien.

No te machaques.

De la ternura y el cariño con que te hables dependerá la confianza y la seguridad que desprendas.

No huyas de las emociones.

Siéntelas.

Siente el dolor de tus heridas.

Claro que duele.

El dolor no es evitable.

En este mundo, no.

En otro ya veremos.

Lo que duele, duele hasta que deja de doler.

Pero para que deje de doler has de permitir que duela.

Estás aquí para sentir.

Sintiéndolas sanarás las heridas.

Resistiéndote las perpetuarás.

Relájate.

Permítete fallar.

Sólo las máquinas no cometen errores y tú no eres ninguna máquina.

El error es humano.

El error es evolución.

Ojalá te equivoques mucho.

Porque subirás a lo más alto de la consciencia.

Tener poder no significa ser perfecto.

No significa ser supermán ni superwoman.

No significa aparentar ser fuerte y poder con todo.

No significa «aguantar».

Eso es ser más débil que nadie.

Es una falsa fortaleza.

La vida no trata da aguantar.

La vida trata de fluir y de vivir.

Tener poder significa darte el permiso de ser humano.

Darte el permiso y el derecho de caer.

De llorar cuando has de llorar.

De romperte cuando has de romperte.

De reconocer el miedo cuando tienes miedo.

De sentir el dolor cuando tienes dolor.

De ser vulnerable cuando hay que serlo.

No huyas de tu vida.

Huir desgasta enormemente.

No es cierto que «tengas que» ser positivo siempre.

Serás positivo cuando asumas y aceptes que eres negativo.

Ahí empezarás a notar la positividad y la energía.

Lo que aceptas y reconoces te libera.

Lo que no, te somete.

Sólo así conseguirás reir cada vez más y llorar cada vez menos.

Sé brutalmente honesto contigo.

No te engañes.

No te inventes excusas.

No te justifiques.

A la vida no la vas a engañar.

Si respetas tu vida sabrás respetar la de los demás.

Si te «habitas» serás auténtico poder.

Si te «evítas», tarde o temprano te romperás en mil pedazos.

Trabájate cada día.

Entrena cada día.

Y cuando tú seas el poder, relájate, respira y ten paciencia.

Espera.

Que cuando menos te lo esperes, la vida te pondrá la magia.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamta.com

 

 

 

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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