El virtuoso arte de perderse para encontrarse (6ª parte)

By diciembre 19, 2016Conciencia, Espiritualidad

Ahora que ya sabes a cuál es tu propósito:

Reconocerte y descubrirte a través de la vida.

Que ya sabes cuál es tu poder:

Crear.

Que ya sabes cuáles son las necesidades básicas a integrar para vivir en plenitud esta aventura (el pack):

Reconocimiento, amor y conexión, libertad y protección.

Y que ya sabes cuál es tu objetivo:

Evolucionar desplegando todo tu propósito.

Sólo falta que comprendas dos cosas más, para mi básicas y fundamentales, para poder vivir en plenitud esta experiencia llamada vida y alejarte del sufrimiento.

Una es el porqué de la dualidad humana en la que estamos inmersos.

Y otra es el funcionamiento del cerebro.

Pero por este orden.

Primero, entendiendo el origen de la dualidad y el porqué de la resistencia.

Y segundo, comprendiendo cómo programamos nuestro cerebro desde que nacemos.

Comprendiéndolo, tu vida será otra historia.

Será toda una experiencia de plenitud y no de sufrimiento.

Porque  para ser verdaderamente grande y poder fluir con la vida has de comprender.

Cada vez que comprendes algo, tu cerebro hace un “click” que te lleva a evolucionar en la consciencia y a subir un pequeño peldaño.

Y por tanto a conseguir un mayor grado de bienestar y de tranquilidad.

Si lo que quieres es alcanzar felicidad, abundancia y serenidad, primero has de entender las reglas del juego para saber de qué va esta historia que estás viviendo y segundo, empezar a entrenar tu cerebro.

Entrenarlo por dos motivos.

Uno, para no caer en la trampa de la dualidad y así poder saltártela.

Y dos, porque si quieres ver una realidad ahí afuera, primero has de crearla en tu cerebro.

No verás nada en el exterior que primero no hayas reconfigurado en tu interior.

Primero conoce las reglas y después entrénate mentalmente.

Y no al revés, como llevamos haciendo siglos y siglos, que sin plantearnos las reglas del juego, empezamos a entrenar nuestro cerebro desde que nacemos y lo único que hacemos es alejarnos cada día un poco más de nuestra esencia.

Por eso, estamos como estamos.

Funcionando al revés de como deberíamos de funcionar.

Distorsionados.

Enfocando fuera y no dentro.

Y mira que ha habido maestros y maestros a lo largo de la historia que nos lo han explicado.

Y bien clarito.

Pero nosotros erre que erre.

Sin aprender nada.

Viviendo en el MIEDO.

Enganchados al personaje creado por el ego.

Identificados con nuestro falso sistema de creencias, hasta el punto de matarnos los unos a los otros, olvidándonos de lo sagrada y eterna que es la vida.

Haciendo auténticas barbaridades con tal de no enfrentarnos a nosotros mismos y descubrir nuestras sombras.

Y huyendo de lo que verdaderamente somos: AMOR.

Y debo aclarar aquí, que AMOR con mayúsculas, en lenguaje del Universo, no se trata del amor que la gran mayoría se cree.

No es el amor entendido como sentimiento.

No es ese amor romántico que muchos entienden.

No es eso.

Siento si te decepciono pero no tiene nada que ver.

AMOR con mayúsculas, en el Universo es vibración.

La frecuencia vibratoria más alta que existe.

Transformación contínua.

ESO SOMOS.

AMOR.

Aceptación profunda y consciente de la constante transformación.

Total desapego.

Energía.

La famosa “palabra de Dios”, o “el primer OM” no es más que  eso.

Vibración.

Transformación.

Venimos a experimentar esa transformación.

Venimos a vivir para morir.

O a morir para vivir.

“La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma” ¿te suena?

Esa es la regla número uno del juego.

Y la que da lugar a la lucha, a la resistencia y a la dualidad humana que viene después.

De forma muy trascendente la vida sólo se trata de un juego de transformación.

De VIDA Y MUERTE.

Dos caras de la misma moneda.

Pero que en realidad son lo mismo.

No hay vida sin muerte y no hay muerte sin vida.

Y aceptarlo es el secreto para vivir esta experiencia en verdadera paz, armonía y serenidad.

Se trata de aceptar tu transformación.

De aceptar tu muerte para vivir tu vida en plenitud.

De aceptar tu absoluta vulnerabilidad para descubrir tu inmensidad y tu grandeza.

De aceptar que en realidad no eres NADA porque eres el TODO en constante transformación.

Este es el verdadero origen inconsciente de la dualidad humana.

La negación de lo que verdaderamente somos.

La huida de nuestra verdadera naturaleza.

La resistencia al dolor que nos produce la NADA.

Y como no lo aceptamos, luchamos.

No se sabe ni contra qué, ni porqué ni para qué pero luchamos.

Contra la NADA montamos una gran parafernalia mental para serlo TODO.

Aquí aparece el EGO.

El personaje.

El MIEDO (control) que construimos.

En contraposición al AMOR (transformación) que somos.

Y en lugar de aceptar lo que verdaderamente somos…

Esencia.

Energía.

Vibración.

Transformación.

Universo.

El Todo y la Nada a la vez…

Y soltar, fluir y dejar que la vida lleve las riendas ( que en realidad, siempre las lleva)

Construimos mentalmente una historia, un circo, un teatro, unas creencias, un personaje que utilizamos para huir despavoridamente de la NADA.

Y ahí empiezan todos nuestros miedos.

Porque todos, absolutamente todos los miedos nucleares del ser humano tienen que ver con la nada.

Con la vulnerabilidad, el descontrol, la desprotección y la inseguridad.

Con la impermanencia, que es justo la esencia de la vida.

La muerte.

La quiebra.

La pérdida.

La ruina económica.

La enfermedad.

El abandono.

El rechazo.

La soledad.

La falta de amor.

Todos, absolutamente todos son producto del pánico a la NADA.

Y ¿que hacemos?

Huimos.

Nos resistimos.

Nos escondemos.

No lo aceptamos.

Luchamos.

Hacemos las mil y una para no enfrentarnos a nuestra verdadera naturaleza.

Entrando así en el juego de la dualidad.

Creando un ego, un personaje neurótico que va de un lado a otro.

Va de un extremo al otro.

Intentando ser todo huyendo de la nada.

Y así estás tú.

Desgastado o desgastada de tanto ir de un lado para otro.

O te vas a la nada o te vas al todo como si fueras un péndulo infinito.

Intentas ser una superwoman o un superman porque huyes de la debilidad y te duele reconocer que no puedes.

Intentas controlarlo todo porque te da pánico el descontrol.

Intentas quedar bien y te vas callando pero al final acabas siendo la agresividad personificada.

Eres una neurótica del orden porque el desorden te pone de los nervios.

Y así podríamos estar escribiendo líneas y líneas de todos los patrones de comportamiento basados en la dualidad de todos y cada uno de nosotros.

Pero nunca estamos en paz.

Porque la paz no está en el todo o en la nada.

Está en el centro.

En el ser todo y nada a la vez.

Por eso el origen del malestar es la resistencia.

La no aceptación de la nada.

La no aceptación de la vulnerabilidad.

La no aceptación del miedo.

La no aceptación de la transformación.

Del descontrol.

De la inseguridad.

En definitiva, de la muerte.

Esa es la razón por la que no estás en paz.

Porque te niegas inconscientemente a transformarte.

Te niegas a enfrentarte a tu propia debilidad.

Te niegas a soltar el control.

¿De verdad crees que controlas algo?

La energía lo controla todo.

Tú solo te lo crees, pero en cuestión de trascendencia no controlas nada.

La vida y la energía te lo ponen todo.

La vida elige cuándo y dónde naces.

Elige la época.

Elige quiénes son tus padres y tu família.

Decide tus circunstancias.

Decide las personas que van entrando en tu vida.

Te da la genética.

Te da tu talento.

La energía te lo da todo.

Y lo seguirá haciendo hasta que te vayas.

Incluso decidirá el día que te marches.

No controlas aunque te lo parezca.

Tú, yo y todos estamos de prestado viviendo esta experiencia.

Lo que sí puedes gestionar es tu actitud y gestionándola descubrirás tu unicidad.

Te alinearás con la energía y con la vida cuando sueltes la dualidad.

Cuando sueltes el control.

Cuando trasciendas el ego.

Que no es más que la resistencia feroz que ofreces a lo que realemente eres.

La resistencia a la transformación.

A la muerte del ego.

Que es lo que te aleja de tu esencia, de tu propósito y de tu expansión.

Y lo que te aleja del AMOR de tu vida.

Que, en realidad, es lo único seguro y verdadero que tienes.

TÚ.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

 

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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