Del milagro al «mi logro» ( 2ª parte: el Universo siempre dice SI)

Antes de empezar a leer este post sería ideal que pudieses hacer una cosa que yo hago muy a menudo.

Sé que hoy mismo no lo vas a poder hacer.

Primero porque se supone que me vas a leer de buena mañana.

Y segundo porque seguramente cuando lo hagas, ya estés en la oficina, en el bus, en el metro, en casa, en tu cocina con tu cafetito de primera hora (que hoy casi me vas a tener que preparar uno a mi porque me pongo ahora a escribir y son casi la una de la madrugada).

O estarás leyéndome  en cualquier otra parte menos en campo abierto, así que no creo que puedas mirar al cielo.

Pero estaría bien que esta noche lo hicieras.

Te vas a campo abierto, o algún parque,  o a la playa ahora que es veranito, o a las montañas o a donde sea,  para ver allá arriba el universo y las estrellas.

Y de pie mirando hacia arriba o estirado cómodamente en el suelo, te quedas observando «conscientemente» la inmensidad del infinito ( dándote realmente cuenta de la grandiosidad de lo que tienes delante)

Si me has seguido desde que inicié mi andadura con este blog, sabrás que yo estuve mucho tiempo, casi dos años cuando era jovencito,  sin poder mirar a las estrellas porque me entraba un pánico atroz al infinito.

Muchísimo tiempo después ( hace unos tres años y medio, cuando empecé este nuevo camino) descubrí que ese pánico era realmente miedo a ser lo que somos.

Infinitos.

Bueno, lo que te iba diciendo.

Te pones a mirar ese impresionante y bello universo infinito de allá arriba.

En silencio.

Respirando.

Escuchando los latidos de tu corazón.

Siendo consciente de todo lo que estás sintiendo.

Y te haces tres preguntas, contestándote de forma totalmente sincera y honesta.

Olvídandote del móvil.

Del ordenador.

De la televisión.

De tu trabajo.

De tu dinero.

De tus deudas.

De todo y de todos.

Despojándote de todo lo material y de toda compañía social.

Tú solo.

Tú sola.

Enfrentándote al “siempre ha sido, siempre es y siempre será» del infinito eterno y pregúntate:

Primera.

– ¿Quién soy yo?

Respira y siente la pregunta.

Deja que te imprege hasta el último poro de tu piel.

Si una sensación de hormigueo recorre todo tu cuerpo, te llenas de una emoción indescriptible y de una paz absoluta, incluso hasta el punto de que te salten las lágrimas de la emoción, es que te estás acercando o ya has conectado con lo que realmente  ERES.

Si el miedo, las preguntas  y las dudas empiezan a recorrer toda tu mente y una sensación incómoda recorre tu cuerpo o sencillamente no sientes nada o poco, es que todavía estás más cerca de lo que NO ERES que de lo que ERES.

Segunda:

Entre esa inmensidad infinita que tienes ahí arriba y tu cabecita pensante que tienes aquí abajo y encima de tus hombros…

-¿Quién de los dos crees que sabe tu camino?

Si «SIENTES» que la inmensidad es la que conoce tu camino.

ERES esencia.

Si «CREES» que lo saben tu cabecita y tus planes mentales.

ERES ego.

Y tercera:

Imagina que esa inmensidad es una gran red de inteligencia invisible, de alcance universal y de sabiduría absoluta, la mente perfecta y divina (primera ley universal) que está allí precisamente para salvarte, recogerte si te caes y manejar tu vida hacia tu mejor propósito.

Si tuvieras que dejar tu destino en sus manos:

– ¿Te tirarías al vacío y soltarías las riendas de tu vida hasta el punto de CONFIAR y DAR el salto de FE?

Si tu respuesta es NO.

ERES MIEDO.

Si tu respuesta  es SI.

ERES AMOR.

A partir de hoy a cada decisión que vayas a tomar en tu vida pregúntate desde donde la tomas.

¿Desde el miedo o desde el amor?

Para que la contestación realmente sea consciente y válida te has de parar y reflexionar de forma profunda y totalmente honesta.

Si decides desde el miedo será prácticamente imposible que materialices en tu vida aquello que decidas.

Si realmente lo haces desde el amor y la conexión más profunda empezarás a tener probabilidades de manifestar en tu vida la realidad en la que te hayas enfocado.

Sólo es cuestión de ser consciente de las dos energías que lo impregnan todo.

De conocerlas e identificarlas.

El AMOR y el MIEDO en mayúsculas.

Cuanto más consciente seas, más posibilidades tendrás de cambiar desde dónde tomes tus decisiones.

La verdadera evolución consiste en trascender el MIEDO a medida que vas avanzando en esta experiencia e ir convirtiéndote en AMOR.

Cuanto más evoluciones, más irá apareciendo en tu vida todo aquello que necesites de forma fluida y causal.

Cuarta ley universal, la ley de causa y efecto.

Nada es por azar.

Toda causa tiene su efecto.

Y todo efecto tiene su causa.

Lo que vives en tu vida ( experiencia física) es el efecto visible de la causa invisible ( pensamiento o creencia subcosnciente)

El tiempo es una construción mental por tanto cuanto más pienses, cuanto más ego, cuanto más NO SEAS, menos consciente  y más estarás separando la causa del efecto.

Cuanto menos mente, menos ego y más esencia, más alineado y más se acercarán la causa y el efecto.

Hasta llegar a ese punto donde existen la sincronicidades.

Es el llamado estado de no mente.

Donde la causa y el efecto son simultáneos.

¿Te suena lo de “pide y se te dará”,  “busca y encontrarás” o “llama y se te abrirá”?

El Universo siempre dice SI.

Nunca tiene un NO.

El problema no es de arriba.

El problema es de abajo.

La mente Universal o el campo cuántico tienen todas las infinitas probabilidades de creación.

Manifestarlas o no depende de lo alineado que estés (segunda ley universal, la ley de correspondencia) con lo que realmente ERES.

Padre, hijo y espíritu santo.

O dicho de otra manera, mente universal, experiencia física y espíritu.

Si NO ERES, la ley no funciona.

El miedo jamás materializa.

Bloquea.

No materializa porque el miedo NO ES.

Y si NO ES, necesita.

Y si necesita se sitúa en la carencia y en la exigencia.

Con lo que bloquea y paraliza el flujo de energía.

El amor entendido como conexión y consciencia, sí materializa.

Materializa porque ES.

Y si ES, ya  tiene.

No  necesita.

Y si no necesita, no exige ni pide.

Sólo elige lo que quiere vivir.

Vive en la abundancia.

Y entonces es cuando todo llega.

Porque empieza a funcionar otra de las leyes del Universo ( la tercera, la ley de la vibración)

Si la vibración es alta, atraes estados de vibración alta.

Desde ahí, desde esos estados, cada vez es más fácil materializar y crear en tu vida.

Mientras no trasciendas el miedo ninguna de las leyes universales trabajará a tu favor.

El amor crea vida nueva.

El miedo sólo la repite o la destruye.

Tú eliges siempre.

El post de hoy te servirá para que seas plenamente consciente de que la realidad sólo hoy dos formas de vivirla.

Desde el miedo o desde el amor.

Desde el ego o desde la  esencia.

Desde la reacción o desde la creación.

De forma inconsciente o forma consciente.

No hay más.

O ERES o NO ERES.

El universo siempre dice SI.

Sólo falta que tu te decidas.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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