Cosas que aprendí en el infierno y que yo te diría si lo que quieres es soñar(última parte)

En la vida, el dinero tiene importancia.

Negarlo sería estar fuera de este mundo.

Pero una cosa es la importancia y la otra es el poder.

El poder lo tienes tú.

Tú eres el creador.

El dinero sólo es el resultado de tu creación.

El dinero no crea.

Tu sí.

Si quieres ver algo ahí afuera.

Primero créalo en tu mente.

Visualízalo.

Dale forma.

Dale “vida”.

Y después trabaja  para hacerlo realidad.

El dinero no ha de ser el objetivo.

El objetivo ha de ser tu sueño.

Y el camino, tu pasión.

Entonces, el dinero será la consecuencia.

La vida que vives sólo es una proyección de lo que hasta ahora ha sido tu interior.

Cambiando el interior, cambiará el exterior.

No mañana.

Pero cambiará tarde o temprano.

No es magia.

Es vibración.

En la vida (aparte de la materia que se ve) todo es energía y vibración (que no se ve).

Incluso el dinero.

No atraes lo que quieres.

Atraes lo que eres.

Si eres grande, atraerás grandeza.

¿Y cómo eres grande?

Conociéndote y trabajándote interiormente.

Trabaja menos fuera.

Y mucho más dentro.

Quizá tardará un poco en dar sus frutos.

Pero el resultado te sorprenderá.

El secreto de la vida no es sacrificarse ni luchar.

Es conocerse y conectar con el origen.

Con tu esencia.

Si conectas con  tu esencia.

Conectas con el Universo.

Conectas con la vida.

Y allí lo tienes todo.

Tu talento.

Tu sabiduría.

Tu energía.

Tu pasión.

Tu creatividad.

Tu genialidad.

Sólo tendrás que hacer cuatro cosas más.

Proponértelo.

Prepararte.

Enfocar.

Y confiar.

Puedes conseguir lo que te propongas.

Pero para conseguir lo que te propongas.

Primero te has proponer lo que quieres conseguir.

Porque por mucho que te lo propongas si no sabes lo que quieres conseguir no lo vas a conseguir.

Y dirás que es muy sacrificado.

No es que sea sacrificado.

Es que no sabes lo que quieres.

La gran mayoría no consigue lo que quiere.

No porque no pueda conseguirlo si no porque no sabe lo que quiere.

Cuando lo sepas.

Y si está conectado con tu verdadera esencia, no te preocupes.

Se te abrirá el camino.

Irás viendo las señales.

Te aparecerán las circunstancias necesarias y las personas adecuadas.

El Universo es expansivo.

Tu esencia también.

Si conectas, tu expansión llegará.

Sólo tendrás que esperar.

Confiar y soltarse a la vida es lo más difícil.

Pero tú siempre tienes el poder.

Tú siempre tienes la decisión.

O te quedas en el miedo de la mente.

O saltas y vives en la magia de la vida.

Los límites no están en la vida.

Están en la mente.

En ti está el romperlos o no.

Cuando llegaste a este mundo eras original.

Tu misión es  seguir siéndolo.

Y romper moldes.

Si sigues lo que te dicen  los demás, serás como todos.

Si sigues lo que te marca el corazón, serás como nadie.

Serás auténtico y original.

Regresa a  la infancia.

Recupera tus sueños.

Visualiza tu niño/a.

Haz lo quieras.

Haz lo que sientas.

Sólo tienes treinta mil días.

Quizá el último día te arrepientas de lo que no hiciste en los veintinueve mil anteriores.

Así que, yo de ti, lo haría.

No vaya a ser que el último día te entren ganas de hacer todo lo que no hiciste.

Porque ya será demasiado tarde.

Da igual lo que piensen los demás.

No has de vivir su vida.

Has de vivir la tuya.

Atrévete a crear.

Atrévete a equivocarte.

Atrévete a ser tú mismo.

Todo es un hábito.

No tengas miedo de la vida.

La vida no da miedo.

Lo que da miedo es no aceptar las reglas de la vida.

Y querer imponer las reglas de la mente.

Acepta la crítica de buen grado.

Quizá te ayude a mejorar.

O no.

En cualquier caso cada uno ve el mundo según su percepción mental.

Y hay tantas percepciones como seres humanos.

Así que olvídate de las percepción de los demás.

Y crea tu propia realidad.

No digas que es imposible.

No digas que no puedes.

No digas que no sabes.

Lo sabes todo.

Sólo has de entrenarte.

Cada vez que dices “ no sé” te estás fallando a ti mismo y anulando toda tu grandeza.

Sonríe.

Aunque no tengas ganas.

Pruébalo.

Cambiará de repente tu energía.

Ríete de todo.

Ríete de ti mismo.

Ríete de tus reacciones.

Te ayudará a rebajarlas.

El noventa por ciento de las veces nada es tan grave como parece.

Y si es grave, sonriendo lo vivirás mucho mejor.

Besa despacio.

Acaricia sintiendo la piel.

Abraza conscientemente y “ de verdad”.

Cuida a tu pareja.

«Achucha» a tus hijos.

Demuestra tu amor.

No hay nada mejor que demostrarle a alguien cuánto le amas por el mero hecho de hacerlo.

Trabaja menos y disfruta más de tu familia.

Cada instante tiene un valor incalculable porque es irrepetible.

Si quieres que tu hijo sea feliz, ofrécele tu compañía.

Si quieres el mejor futuro para tu hijo, dale el mejor presente.

Y su mejor presente nunca dudes que eres tú.

Date caprichos.

Regálate cosas.

De vez en cuando, cierra los ojos.

Y deja de mirar el mundo.

Sólo siéntelo.

“Míralo” a través de los sentidos.

Los olores.

Los sonidos.

El tacto.

Aprenderás otras formas de vivir.

Otras formas de sentir.

No pienses de forma automática.

Piensa de forma enfocada.

Visualiza.

Planifica.

Organiza.

Reflexiona.

Sé consciente.

Enfócate en aquello que deseas y en aquello que te hace feliz.

El resto, olvídalo.

La vida es maravillosa si aprendes a utilizar tu mente.

Pero puede ser un infierno si te dejas llevar por ella.

Eres creativo por naturaleza.

Crea.

Y si  crees que no eres creativo.

Haz una cosa.

Cierra los ojos.

Respira profundamente.

Deja de pensar.

Y visualízate de vacaciones en un paraíso tomando una caipirinha.

¿Lo ves?

Eres creativo.

Acabas de crear tus vacaciones ideales.

Ahora ya puedes hacer lo mismo.

Pero con tu vida.

Y puestos a crearla.

Crea la que quieras.

Porque vas a vivir en ella.

 

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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