El pánico, la ansiedad y tus amigas

Si me sigues habitualmente sabrás que, de vez en cuando, en mis posts, me gusta ser visual para que puedas “ver” la vida en lugar de leerla.

Como las llamaradas, el hula hop, la juguetería de los sueños, la diligencia…

Me gusta emplear metáforas para que veas la vida de forma sencilla.

“Verla” es la mejor manera de comprenderla.

Para después poder solucionarla.

Pero lo primero es verla.

Si no, no puedes solucionarla.

Es imposible.

Si no comprendes un problema, no encuentras la solución.

Así que hoy te explicaré desde la perspectiva del SER porque estás triste.

Porque estás rabioso.

Porque tienes miedo.

Porque tienes ansiedad.

Y porque tienes ataques de pánico.

O depresión.

O agresividad y violencia.

La gran mayoría de psicosis, neurosis, comportamientos compulsivos, estados emocionales alterados no son patologías.

Son distorsiones.

Distorsiones del SER.

Y hoy “verás” porque aparecen.

Todo tiene una simple explicación.

Hay un origen.

Un pensamiento.

Una grabación emocional.

Una conducta al inicio.

Un hábito.

Y millones de veces de repetición.

Más que perderme en teorías psicológicas y en definiciones técnicas voy a explicártelo visualmente para que te sea más sencillo comprenderlo.

La vida es como la televisión.

No necesitas saber qué conexiones ni que mecanismos internos tiene el televisor para disfrutar de una buena película en el sofá.

Pues la vida es lo mismo.

No necesitas saber de neurociencia ni de psicología para disfrutar de estar aquí y SER tú.

Con “verlo” tienes suficiente.

Me gusta hacerlo fácil y simple para que no te queden dudas y lo veas con claridad.

Porque una vez visto ya nunca más lo puedas olvidar.

Y a partir de ahí puedas cambiar tu vida para siempre.

Así que hoy te voy a dar mi visión particular de las emociones, el ataque de pánico y la ansiedad.

Y del porqué aparecen en tu vida sin aparente motivo.

Otra cosa son las emociones que aparecen por una causa justificada y concreta.

Como una muerte, una pérdida, un divorcio, un accidente, una enfermedad…

Que éstas son normales y están justificadas.

Yo me refiero a estados emocionales que no sabes ni cómo ni porqué has llegado a ellos.

Y que te han comido la vida.

Imagina que te elevas a bastante altura.

Como si subieras en globo.

Y que te estás mirando desde muy arriba.

Observa la vida desde ahí.

Desde esa altura.

Y ahora visualízate a ti mismo.

A partir de ahora tú serás un círculo.

Tu círculo vital.

Obsérvate como si fueras un círculo.

Ese círculo es energía universal.

Energía vital.

Pero hoy en lugar de energía y llamaradas imaginaremos que es AMOR.

Eres un círculo lleno de puro amor.

Y desde ahí repasaremos tu historia.

Observaremos ese círculo desde que naciste hasta hoy.

Cuando naciste este círculo era inmenso.

Amor puro.

Allí dentro estaba todo.

Tu verdad.

Tu naturaleza.

Tu talento.

Tu ambición.

Tus sueños.

Tu energía.

Tu autenticidad.

Tu fuerza.

Tu coraje.

Tu libertad.

Tu expansión.

Tu pasión.

Tu motivación.

Tu esencia.

ERAS TÚ.

ERAS TODO.

Lo traías todo de serie.

Pura información.

Y pura energía.

No necesitabas nada más.

Listo para desplegar tu gran expansión.

Pero empezaste a andar.

Pasaron los años.

Y el círculo poco a poco se fue cerrando.

En lugar de expansión.

Lo tuyo se convirtió en contracción.

Aprendiste a cerrar el círculo en lugar de abrirlo cada vez más.

Aprendiste a compararte.

A anularte.

A maltratarte.

A ningunearte.

A autoexigirte.

A culpabilizarte.

A martirizarte.

A insultarte.

A castigarte.

A dejar de ser lo que eras para pasar a ser lo que querían los demás.

Y lo que era LUZ se convirtió en SOMBRA.

Fueron pasando los años.

Y lo que era un círculo inmenso, lleno de energía, de luz y de amor.

Ahora es un puntito apagado, insignificante y minúsculo.

Y aquí estás ahora.

¿Lo ves?

Ese eres tú.

Ese puntito que ni se ve de ahí abajo es tu círculo vital.

De tan minúsculo que es, estás a punto de reventar.

Estás completamente ahogado.

Lo que era el SER ahora es el NO SER.

Y te has convertido en una distorsión de lo que era tu verdadera naturaleza.

Una caricatura de lo que en realidad podrías llegar a ser.

Pero la vida es tan sabia y tan experta en ti que no permite que NO SEAS.

Quiere que SEAS lo que has venido a SER.

EL SER.

Y como tú no has sabido hacerlo.

Porque te has anulado a ti mismo (o te han anulado que para el caso es lo mismo).

Ella te envía a toda la artillería pesada para que te enteres de tu distorsión.

La tristeza.

La rabia.

Y el miedo.

Que son tus amigas las emociones que vienen a avisarte de que tu círculo vital no es un círculo.

Es un puntito.

Que te permitas.

Que seas.

Que te ames.

Que te valores.

Que te respetes.

Que te reconozcas.

Que te escuches.

Que si lo haces, que si expandes tu círculo, se irán y te dejarán en paz.

Ni habrá miedo, ni habrá tristeza ni habrá rabia.

Habrá paz y serenidad.

Pero si con éstas no te das por enterado.

La vida seguirá dándote guerra.

Y te enviará a la ansiedad.

Y si con la ansiedad, no te enteras.

Te enviará el ataque de pánico para destrozarte.

Para ver si de una vez por todas te enteras de que no estás expandiéndote.

Y el pánico te destroza precisamente para que no llegues a enfermar.

Porque lo siguiente ya es la enfermedad.

Así que no maldigas más ni a las emociones.

Ni a la ansiedad.

Ni al ataque de pánico.

Porque son tus verdaderos guardianes.

Son tus amigos del alma.

Son tus ángeles de la guarda que te ayudan a que consigas ser lo que has venido a ser.

El SER.

Y empieces a expandir tu círculo vital.

Aquel que un día fue luz y con los años se convirtió en sombra.

Has venido a SER, a brillar y a dar luz.

Y si no ERES y no brillas.

El pánico, la ansiedad y tus amigas las emociones…

Lo único que hacen es recordártelo.

Hasta que SEAS.

Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

Deja un comentario