Convence sin esforzarte

By febrero 19, 2016Espiritualidad, Relaciones

Tu cuerpo sabe » el camino tuyo de todos los días» de memoria.

Y no me refiero al camino físico que haces de casa al trabajo.

Que también.

Me refiero a “lo de cada día”.

A lo que piensas, lo que crees, lo que sientes…

A cómo te hablas…

A cómo te mueves, cómo caminas, cómo vas a por tus objetivos, a cómo encajas los golpes en la vida…

A quién te da miedo, quién te cae mal, quién te hace daño, a quién amas, a quién necesitas…

Los cincuenta billones de células que te “aguantan” cada día saben más de ti que tú mismo.

Son tantos años contigo que ellas te llevan a ti.

Y no tú a ellas, como te crees.

Te dejas la voz y el habla en convencer y no lo consigues.

O consigues muy poquito.

¿Y por qué?

Muy fácil.

Porque no hablas tú.

Habla él.

Tu cuerpo.

Sólo el siete por ciento de lo que transmites es consciente.

El resto es inconsciente.

Tu cuerpo lo dice todo.

Y claro, tu interlocutor, lo capta.

Por supuesto, sin enterarse.

Porque se queda embobado también en ese siete por ciento.

El resto, se lo “traga” todo sin poder evitarlo.

Con lo que su respuesta está en función de, precisamente, la información que recibe sin enterarse.

Y cuando te responde cree que la respuesta ha sido “enterándose”.

Pero no.

No se ha enterado.

Ha sido su inconsciente.

Que le ha dicho que no.

Que no le convences.

Pero su inconsciente lo único que ha hecho ha sido responder a lo que le ha transmitido tu cuerpo.

Y tu cuerpo, por lo visto, no convence.

Parece un juego de tontos.

Pero no.

Es un juego de muy listos.

Donde el que es consciente de lo inconsciente, siempre gana la partida.

Así es la vida.

Vibración pura e inconsciente.

Lo que ves es el resultado de lo que no ves.

El efecto consciente de la causa inconsciente.

Lo que llaman el orden explicado y el orden implicado.

Pero no te voy a llenar la cabeza con Universo esta vez.

A partir de hoy si quieres convencer y tener una vida de éxito, practica conciencia mental, emocional y corporal.

Aquello de ”el poder está en la mente” o “el poder está en ti” es tal cual.

Literal.

Si piensas, sientes.

Si sientes, actúas.

Si actúas, expresas con el cuerpo.

Lo que expresas con tu cuerpo, es tu lenguaje.

Y al final, tu lenguaje crea tu resultado.

Convence a tu cuerpo y convencerás al mundo.

Sin esforzarte.

Y quien dice convencer, dice vender, ligar, transmitir, amar, explicar…

Cualquier verbo sirve.

No te esfuerces.

Sólo ten conciencia.

Enfócate más en lo corporal.

El pensamiento es lo más rápido de cambiar.

El cuerpo es muy lento.

Lleva su tiempo porque es el plano más denso energéticamente hablando.

Lleva tantos años acostumbrado a “tu camino de cada día” que reconducir y automatizar positivamente a tu favor cincuenta billones de células no es nada fácil.

Y ahí es donde está tu trabajo.

A la vez que cambias de forma de pensar y sentir, has de obligar a tu cuerpo.

Y ayudarle a actuar y a moverse diferente.

Toma conciencia de cómo miras..

Cómo te mueves…

Cómo cruzas los brazos y con quién..

Con quien te contraes…

Con quién te expandes…

En qué situaciones miras al suelo…

En que otras miras al cielo…

Cómo caminas…

Cómo te levantas cuando te caes…

Todo, absolutamente todo te da información de ti.

Y crea tu vida.

Si quieres una vida diferente no sólo has de pensar diferente.

Y sentir diferente.

Has moverte diferente.

Cuando lo consigas.

Habrás logrado el verdadero cambio.

Convencer al mundo no es lo difícil.

Lo difícil es convencer a tus cincuenta billones de células.

Y cambiarlas.

Así que si quieres convencer, ya sabes.

No te desgastes hablando.

Sólo muévete.

Y transmite.

Y el mundo caerá rendido a tus pies.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

Eres TÚ
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