Las noches oscuras siempre dan miedo.

O como mínimo, respeto.

Pero para disfrutar del soleado día.

Es necesario transitar la noche oscura.

Si lo que quieres es soñar.

Y salir de tu zona de aburrimiento.

No te queda más remedio que atravesar la noche.

Por muy oscura que sea.

Porque si precisamente es oscura, es para que confíes.

Y te sueltes.

Detrás de la noche, está tu mejor día.

Tus mejores sueños.

Y tu mejor vida.

Y tu mejor vida está en la luz.

Pero la luz te la has de ganar.

Y no es nada fácil.

Demostrarle al Universo que todo aquello que te oscurecía te lo has trabajado.

Y se ha esfumado, es todo un reto.

Ya se encargará Él de ponerte las pruebas necesarias para corroborarlo.

Esto del crecimiento personal es un camino ascendente.

Y sin retorno.

A medida que vas alcanzando peldaños más altos.

Menos ganas tienes de bajar.

No es que no tengas ganas.

Es que ya no puedes volver a bajar.

A lo de antes.

A lo conocido.

A lo de siempre.

La percepción ha cambiado.

Y la conciencia hace que veas lo que no veías.

Una vez aprendes a utilizar toda la energía a tu favor.

Ya no entras a desgastarte inútilmente.

Ya no lo necesitas.

Porque era la mochila la que te hacía reaccionar.

Si no hay mochila, no hay reacción.

Y entras en una zona donde todo fluye por sí solo.

Y todo es fácil.

Nada resta.

Todo suma.

El otro día un cliente me decía:

“Es como estar anestesiado”

No es anestesia.

Es aceptación y confianza.

Cuando aceptas y confías.

Y no te resistes a lo que ES.

No hay sufrimiento.

Y llega todo.

Más tarde o más temprano.

Pero todo llega.

Al fin y al cabo, somos parte de la naturaleza.

Y en la naturaleza, los frutos caen cuando están maduros.

Ni antes ni después.

Y cuanto más mente le pongas al proceso, peor.

Más lo retrasas.

La zona mágica no entiende de mente.

Sólo de esencia y de energía.

Eso sí.

Para llegar a la magia.

Donde todo fluye.

Y todo es fácil.

Primero has de transitar la noche oscura.

No es más que un proceso de evolución.

Y para evolucionar te has de enfrentar a aquello que te queda por solucionar.

Si no, ¿cómo crees que podrías evolucionar?

Cuanto mayor sea tu mochila, más oscura será tu noche.

Pura lógica.

A medida que la vas limpiando.

El Universo te va poniendo a prueba.

Te va colocando delante justo aquello que necesitas para que demuestres tu capacidad de superar lo que acabas de limpiar.

Si no lo consigues, has de limpiar más.

Todavía no puedes evolucionar.

Si lo consigues, ya estás preparado.

Y el Universo te pone la alfombra roja.

La contracción te trae la expansión.

Ahí está el libre albedrío.

En tu forma de vivir y utilizar la contracción.

A tu favor o en tu contra.

Así que cuando venga la noche, alégrate.

Aunque sea oscura.

El Universo es sabio.

Y tú también.

Pero nunca te lo dijeron.

Ni te lo enseñaron.

De ahí que la noche te parezca tan oscura.

Pero en realidad no es así.

No es oscura la noche.

Es negra tu mochila.

De ahí que la noche se te presente tan oscura.

Pero es sólo para que la superes.

Porque superada la mochila.

Eres imparable.

Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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