Benditos sean los problemas

By agosto 21, 2015Gestión mental

Me dedico a entrenar a las personas para que cambien sus vidas.

A mejor, por supuesto.

Y me encanta.

Pero lo primero que les digo es:

“yo te entreno, pero la vida no te la puedo cambiar”

Sólo puedo cambiar lo que ven de la vida.

Y cuando lo “ven”, cambia su vida.

Porque el secreto no es lo que vives.

Es la percepción de lo que vives.

Si percibes que tienes un problema.

Tienes un problema.

Si percibes que no tienes un problema.

No tienes ningún problema.

¿A qué parece una auténtica chorrada?

Pues es el secreto de la vida.

Otro más.

Porque lo único que crea los problemas es la percepción.

Lo problemas no están en la vida.

Los problemas están en la percepción que tienes de la vida.

¿Qué es un problema?

El tramo que va entre lo que es y lo que esperas que sea.

Y la vida es la que es.

No la que tú esperas o necesitas que sea.

Si esperas que sea algo más de lo que es, la conviertes en problema.

Y la vida no es un problema.

Es una experiencia.

Bueno, una suma de experiencias.

Que te gustarán más o menos.

Pero una suma de experiencias.

Porque precisamente has venido aquí a eso.

A experimentar.

Si no… ¿a qué creías que venías?

Todas y cada una de ellas están en tu camino para algo.

Las peores son las que, bien trabajadas, te llevarán a un verdadero salto evolutivo.

Las mayores crisis son las mejores oportunidades.

Es tu percepción la que te impide aprovecharlas.

Porque estás intentando controlar algo que no se puede controlar.

El exterior.

Olvídate del exterior.

Ahí afuera todo está bien.

Sucede lo que ha de suceder.

Pero tu personaje ha creado durante años y años unas expectativas de lo que en la vida debe suceder en base a muchos factores, que alteran tu percepción.

Y la diferencia entre la realidad y la expectativa de la realidad se convierte en el problema.

Pero no existe tal problema.

Es sólo una expectativa.

Es una ilusión.

Si cambias la percepción, desaparece la ilusión.

Y la vida te cambia a velocidad de vértigo.

Y si no, que se lo digan a alguno de mis clientes.

No es la vida.

Eres tú y tu percepción.

Y si quieres cambiar, has de empezar a cambiar tu diálogo interno y tu forma de pensar.

Es fundamental.

Tal como te hables, será tu percepción.

Cambia el lenguaje y cambiará tu vida.

Punto uno.

No tienes problemas.

Tienes experiencias.

Punto dos.

La vida es como es.

No como te gustaría que fuera.

Punto tres.

Lo que te pasa está bien.

Sólo has de preguntarte que puedes hacer tú con lo que te pasa.

Punto cuatro.

Cambiar lo que te pasa no es posible.

Porque precisamente te pasa lo que te pasa para experimentar.

Y evolucionar.

Si no, no te pasaría.

Decir aquello de “joder, le podría haber pasado a otro” es totalmente absurdo.

Porque a otro también le pasa.

No en el mismo momento que tú, claro.

O si.

Pero le pasa.

¿O te crees que sólo experimentas tú?

¿A qué te crees que han venido los otros entonces?

Otra cosa es lo que te digan.

No te lo creas.

Si están aquí, contigo, es que les pasa lo mismo que a ti.

Si no, no estarían aquí.

Punto cinco.

No hay mala suerte.

Ni buena.

Tú creas tu suerte.

Con tus pensamientos, tus creencias, tu diálogo y tu energía.

Si crees que eres incapaz, te sentirás frustrado, irás por la vida como un frustrado y atraerás más frustración a tu vida.

Si crees que eres capaz, te sentirás seguro y confiado, irás por la vida con positividad y atraerás más positividad.

En la frase anterior, en lugar de capaz o incapaz, sirve cualquier otro adjetivo.

Es la ley de la atracción (y no falla).

Punto seis.

Ahí afuera puede suceder cualquier cosa.

Te puede gustar o no.

Pero tú no puedes cambiarlo.

Ni controlarlo.

Aunque tengas la ilusión de que sí.

Si acaso consigues algún cambio, lo harás más rápido cambiando tú que sin cambiar y frustrándote cada vez que no lo consigas.

Entrena estas pautas mentales, si te apetece.

Cuando las hayas integrado, lo conseguirás.

Tu vida no tendrá límites.

Si esperas que “algo” pase en tu vida, solo “algo” es posible.

Porque creas en base a lo que esperas.

Si no esperas nada, todo es posible.

Porque creas en base al campo de todas las probabilidades.

Y entre algo e infinito.

Tú decides.

Yo me quedo con infinito.

Y benditos sean los problemas.

Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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