¿Estás aquí o estás allá?

Cuando te vas adentrando en el mundo de la evolución personal, te das cuenta que al final todo se reduce a una sencilla y básica pregunta, y tu vida es una u otra dependiendo de la respuesta.

¿Estás dentro o estás fuera?

Donde esté tu atención, estará tu energía.

Ayer en alguno de vuestros mensajes me preguntabais: “¿Y cuando ya he reconocido, qué hago?

Pues bien.

Una vez has reconocido que no sabes, que no puedes, que no has tenido la oportunidad hacerlo mejor, has de empezar a cambiar el foco.

El foco ha de estar en ti.

Se acabó enfocar al exterior, esperando a que lo de fuera venga a rescatarte.

No habrá rescate.

Lo siento.

Me gustaría decirte que sí.

Pero no.

Si lo esperas, sufrirás.

Céntrate en ti.

En tus carencias, en tus necesidades, en tus emociones, en tus pensamientos, en tus comportamientos, en tu cuerpo y en tus reacciones automáticas.

¿Te parece poco?

¿Y sabes qué pasa cuando pones el foco en el interior?

Que dejas de juzgar.

Entrarás en el estado de ”no mente”.

Y ahí fluirás de verdad.

Porque juzgar no es más que ver la vida desde tu filtro.

Desde lo que te falta, desde lo que necesitas, desde lo que te duele, desde tu forma de pensar, desde tu forma de sentir, desde tu forma de actuar y desde tu forma de reaccionar.

¿Cuántas veces escuchas aquello de “¡es que yo no lo haría!” ? ( con cabreo incluido)

Ya, pero él o ella, sí.

Porque en el mundo cada uno es un universo diferente.

Y piensa, siente y actúa en función de sus patrones.

No de los tuyos.

Por eso, juzgar es absurdo.

Y haciéndolo, no eres consciente de la energía que se te va

El juicio es tu mayor ladrón de energía.

Porque automáticamente te lleva la atención al exterior.

Te saca de ti.

Y nunca olvides que donde está tu atención, está tu energía.

Y por tanto, tu vida.

Así que, saca la lupa y empieza a experimentar contigo.

Conviértete en el ratón de tu laboratorio.

Tu vida no deja de ser como un partido de tenis.

Que a velocidad normal no ves si la pelota toca la línea.

A veces, no ves ni la pelota de lo rápido que va.

Pero cuando lo ralentizan a cámara lenta la ves perfectamente.

Cómo rueda con todo lujo de detalle, cómo vuela, cómo roza la línea, cómo se levanta la arenilla y como queda la marca en la pista.

Eso es observar.

Ver lo que no ves a velocidad normal.

O sea que, ralentiza tu vida y empieza a enfocar.

Un iluminado no deja de ser una persona con luz.

Y para tener luz, has de enfocar.

No hay secreto.

Hay luz.

¿O es que para sentarte a leer no enciendes la luz?

Pues si para leer la necesitas, imagínate para vivir.

Anda, no esperes más.

Abre la luz.

Y verás cosas que no ves.

Y fórmate, estudia, haz todos los másters que necesites, las carreras que creas, lee, infórmate, crece intelectualmente…

Todo está bien.

Pero ten en cuenta una cosa.

El conocimiento está fuera.

Pero la sabiduría está dentro.

Y ésta depende de tu atención.

Así que ya sabes.

Te digo lo que me decía mi madre muchas veces cuando me distraía.

¿Dónde estás, nene?

¿Estás aquí o estás allá?

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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