Te las han metido y no te has enterado

By febrero 27, 2015Gestión mental

 

Que yo sepa, todo lo que en esta vida fabricamos y necesita de una manipulación, trae consigo un librito de instrucciones. Ya sea un juego de mesa, un electrodoméstico, un aparato electrónico, un medicamento, un juguete, un tutorial por internet o un mueble de IKEA. Todo viene con instrucciones. Incluso los preservativos.

Que te las leas o no, ya es otra historia. Pero traerlas, las traen.

Todo viene con el folleto. Todo, menos una cosa. La vida.

Y como tal, empiezas un día D, en una hora H y en una noche L. De loca, la de tus padres, o en algunos casos, al menos, la de tu madre.

Con la pasión del orgasmo se origina tu particular big bang y de ahí hasta el día de tu parto se pone en marcha un espectacular proceso de ingeniería genética avanzada que da como resultado un maravilloso milagro. Tú.

Naces, asomas la cabeza y te dan la bienvenida con todos los honores pero de tan emocionados, se olvidan de adjuntarte el librito de instrucciones.

Y claro, sin librito, tu bebé, que en su día fue una obra maestra capaz de conseguir lo que se propusiera se ha convertido en tu adulto que hoy en día es torpe, miedoso, histérico, triste, estresado, celoso, frustrado, patético o amargado y normalmente no consigue nada de lo que se propone. Y en algunos casos, en el colmo del despropósito se autosabotea para no conseguir aquello que desea.

Y esto pasa porque en su día, nadie te contó de qué iba esta historia ni cómo funcionaba, porque de haberlo hecho en tus primeros diez años de vida, otro adulto cantaría.

Además de hacerte estudiar las tablas de multiplicar, memorizar las capitales de todas las ciudades del mundo y recitar de memoria los diez mandamientos (entre otras cosas), alguien tenía que haberte dado las instrucciones precisas para entender la realidad y poder desarrollar las habilidades necesarias para disfrutar de este gran juego de la vida.

Pero no. A tu niño nadie se las dio ni nadie se las explicó.

Tus padres, con los recursos que tenían, las habilidades emocionales que disponían y la situación que vivían lo hicieron lo mejor que supieron. Y si no lo hicieron mejor, es porque no pudieron o porque no tuvieron los recursos necesarios. De haberlos tenido, ten por seguro, que lo hubieran hecho mejor (en todos los casos, los padres no es que no quieran, es que no saben o no pueden o no tienen las habilidades necesarias ).

Tu familia y tus maestros, lo mismo que tus padres.

A tu escuela, ni le interesaba ni se preocupaba.

La sociedad, suficiente tenía con sus historias como para darte las instrucciones.

Y tus relaciones, parejas y amistades andaban tan perdidas como tú porque a ellos tampoco nadie les dio el famoso librito de instrucciones.

Y como nadie te lo dio, hoy he decidido darte por entregas y en este blog, el mío particular, por si te puede interesar.

Así que la primera instrucción que has de saber va sobre tus ondas cerebrales y tu forma de recibir la información (no te asustes y sigue leyendo porque te dará la clave para entender cosas hasta hoy inexplicables).

Desde que naces hasta que cumples dos años tu cerebro funciona con ondas delta, que son las del subconsciente más profundo, a niveles de la fase REM del sueño, de los dos hasta los seis años aproximadamente, funcionas con ondas theta, son subconscientes también, son las del yo interior y con las que trabajan los cerebros de los grandes meditadores expertos y hasta los nueve, funcionas con ondas alfa, que estarían a las puertas del subconsciente, tocando la realidad consciente. Para que lo entiendas, las alfa serían aquel estado que consigues cuando te quedas embobado mirando un cuadro, leyendo un libro o escuchando a alguien y tienes la sensación de que no existe el tiempo ni el espacio.

De los diez años en adelante funcionas como los adultos. Con ondas beta. Que son las del pan nuestro de cada día, donde viven el estrés, los pensamientos recurrentes y donde está la percepción del espacio y el tiempo.

Habiendo leído hasta aquí te habrás dado cuenta de que los diez primeros años de tu vida estuviste viviendo a nivel subconsciente.

Esto significa que cualquier información que recibías a nivel mental o a nivel emocional iba directamente a lo más recóndito de tu subconsciente sin juzgar ni su procedencia ni su validez. Lo dabas por válido y quedaba grabado con letras de fuego. Como vulgarmente se dice, te la metían hasta el fondo. Y allí se quedó. Instalada. Y en la mayoría de casos, bien instalada para siempre.

Los pensamientos de tus padres, las tradiciones familiares, las creencias populares que van saltando de generación en generación sin que nunca sean validadas, las afirmaciones religiosas, algunas de las estúpidas creencias de esta sociedad, y todo el ideario acumulado de la historia de la humanidad…zas!! Se te quedó todo bien instaladito en el cerebro. Y procesado a velocidad de vértigo.

Y como no sólo de pensamientos vive el hombre, todos los estados emocionales que fuiste experimentado en tus primeros años de vida y los capítulos de abandono, soledad, falta de aceptación, falta de amor, falta de valoración, falta de seguridad, malos tratos, miedo, rabia, pánico, tristeza, también se te quedaron instalados como grabaciones emocionales . Y si no haces nada por evitarlo, te esclavizarán el resto de tu vida.

Y así, te fuiste haciendo adulto, avanzando en la vida como podías, como sabías, como necesitabas o cómo buenamente te permitía tu subconsciente hasta que un día te das cuenta de que no te gusta que se te acerquen por la espalda sin avisar y no sabes por qué, o no soportas las discusiones sin ser consciente de haber vivido ninguna, o quieres hablar en público y te entra un pánico escénico que se te lleva por delante, o se te hace imposible tener una pareja estable, o reaccionas con unas broncas de órdago sin entender por qué se te enciende ese fuego en el estómago, o te entra la ansiedad cada vez que piensas que tu pareja te va a dejar y te vas a quedar sola, o quieres disfrutar del sexo y tienes un run run interior que no te lo permite, o entras en la necesidad compulsiva de tener razón cada vez que entablas una conversación o quieres conseguir algo que te hace ilusión y tu demonio interior te sabotea para que no lo puedas conseguir o tantas otras.

Por eso has de saber que tú no eres el culpable de esta incapacidad, pero sí eres el responsable de poner los medios necesarios para descubrir qué “bicho” la provoca.

Como aquel refrán popular, “muerto el perro, muerta la rabia”.

Ahora ya lo sabes. No eres ningún inútil. No eres incapaz. No eres ningún patético. No eres ningún frustrado. No eres ningún maniático. No eres la tristeza personificada. No eres ningún histérico loco. No eres nada de lo que te incapacita.

Eres poderoso.

Sólo que te las han metido y no te has enterado.

Pero tranquilo, todo tiene solución.

Y la solución, como en todo, es tener un buen librito de instrucciones.

Rafa Mota
Personal Coach

www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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