Nací en una familia de empresarios donde los valores eran el esfuerzo y el sacrificio (poco que ver con los valores del alma humana) y así fue, como de niño, de forma inconsciente e inocente, por miedo al rechazo, traicioné a mi auténtica esencia.
Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.