Y ahora que ya sabes de qué va todo esto.
Vas a saber de qué vas tú.
Bueno, tu no.
Tu personaje.
Que es el que has creado hasta día de hoy.
Si lo que quieres es recuperar todo tu poder y que tu vida empiece a cambiar radicalmente has de salirte de ese personaje.
La primera condición para no ser personaje es ser consciente de que lo eres.
Porque si no eres consciente de que estás interpretando nunca podrás dejar de interpretar.
Y menos alcanzar la vida que tú quieras.
A partir de hoy empieza a instaurarte una nueva creencia.
“Soy todo” o “Soy lo que quiero ser”.
El actor, interpreta un guión.
El guionista, lo crea.
Depende lo que seas, tu vida será una o será otra.
Así que, primera premisa.
Aquello de “yo soy así”
Eliminado.
Tú no eres así.
Tu ERES.
Pero te has hecho así porque hasta hoy no has sabido hacerte de otra manera.
Cuando sepas, te harás de otra manera.
Y tu vida será otra completamente diferente.
Pero SER, seguirás siendo lo mismo.
Pura esencia y energía.
Así que una cosa es SER.
Que es algo grandioso y universal.
Y la otra es interpretar.
Que es algo limitado y terrenal.
Tú no eres depresivo.
Estás pasando por una depresión.
Tú no eres ningún inútil.
Has creado un personaje que se lo cree.
Y estás tan metido en el papel que tu vida se ha convertido en la de un inútil.
Tú no eres ninguna incapacitada.
Tú ERES muy capaz.
Pero una de tres.
O un día tuviste una experiencia que hizo que grabaras esa creencia y tu personaje lo ha arrastrado hasta hoy sin enterarse.
O alguien te lo dijo y te lo repitió hasta que lo integraste y te lo creíste.
O no conseguiste aquello que te propusiste y tú misma te etiquetaste, lo más seguro sin ser consciente.
Y ahora estás interpretando tu papel a la perfección.
Déjate de personajes.
Que tú puedes ser lo que quieras ser.
Otra cosa es que tu personaje no te lo permita porque te limita.
Tú no eres agresivo.
Tu personaje ha tenido una historia tan dolorosa y una gestión emocional y personal tan nefasta que lo raro sería que no lo fuera.
Pero si te reordenas serás como quieras ser.
La diferencia está en que tú ERES y creas lo quieres.
Y tu personaje se ha hecho en base a unas circunstancias e interpreta lo que sabe.
Por eso estás limitado.
Porque estás en un programa.
Tu personaje ha creado en todos estos años un programa mental.
Un software de creencias, pensamientos y conexiones neuronales que reduce tus posibilidades de elección.
Las reduce porque no eliges en función de la realidad.
Eliges en función de cómo has vivido y grabado esa realidad.
Y en muchos casos sin siquiera saber ni cuándo ni porqué la has grabado como la has grabado.
Por eso no eres libre.
Aunque te lo creas.
Pero no lo eres.
Para ser realmente libre y elegir lo que quieras ser te has de salir del software mental que has creado de forma inconsciente.
Porque a su vez, ese programa o software mental ha dado como resultado una forma de hablar determinada.
Tu lenguaje.
Que está limitando también tus probabilidades de vivir otra realidad.
No es lo mismo ser tonto que hacer una tontería.
No es lo mismo nunca tendré dinero que estoy pasando por malos momentos económicos.
O no es lo mismo tener uno, dos o tres fracasos que ser un fracasado.
Ser un fracasado es interpretar un de papel de perdedor.
Pero si ERES y fracasas.
Los tres fracasos serán los que necesitas experimentar para ser un ganador.
Si aprendes a hablar diferente estarás cambiando el rumbo de tu historia.
Porque según sea tu lenguaje será tu vida y tu futuro.
Que tengas una u otra realidad no depende ni del mundo ni de nadie.
Depende de ti.
De que seas o no personaje.
De lo que pienses, de lo que creas, de lo que hagas y de lo que digas.
No hay secreto.
O estás en un programa o estás fuera de él.
Cada día eliges lo que comes ¿no?.
Pues en la vida cada día puedes elegir lo que piensas y lo que dices.
Y si no lo has hecho hasta ahora es porque ni siquiera sabías que lo podías hacer.
Como tantas otras cosas que pasan en tu vida y ni siquiera eres consciente.
Y la diferencia es la conciencia.
El darte cuenta.
Y me preguntarás … ¿y cómo me doy cuenta?
Pues convirtiéndote en observador.
En la física cuántica la figura del observador cambia la realidad.
Pues obsérvate y cambiarás la tuya.
Observa tus pensamientos, tus creencias, tus ideas y tu lenguaje.
Pon una lupa a tu vida.
Y hazte preguntas.
Muchas preguntas.
La calidad de tu vida será proporcional a la calidad de preguntas que te hagas.
¿Por qué crees lo que crees?
¿De dónde lo has sacado?
¿Tus pensamientos son verdaderamente tuyos o son heredados?
¿Están basados en tu propia experiencia o un día te lo dijeron?
¿Has observado cómo te hablas a ti mismo?
¿Te castigas o te das confianza y seguridad? ¿Quién te hablaba así?
Estas sólo son algunas.
Cuestiónatelo todo.
No des nada por supuesto.
Todo en la vida es cuestionable.
Porque casi todo lo que te han contado o te han dicho no te sirve para nada.
Sólo para limitarte.
Que lo haga la mayoría no significa nada.
Que la sociedad lo de por válido no significa nada.
Que en tu familia esté instaurado no significa nada.
Porque no es tu experiencia.
Es la de otros.
Y si vives tu experiencia en función de lo que te han dicho, te han contado, han pensado u otros han creído.
Te estarás distorsionando.
Estarás siendo personaje.
Y tú no has venido aquí a interpretar ningún personaje.
Has venido a SER el guionista de tu vida.
Has venido a SER lo que quieras SER.
Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com