Primero hay que comprender cómo funciona la vida global para después poder cambiar la tuya indivdidual.
Más que para cambiarla, diría que para transformarla.
Porque cambiar, va cambiando sola con el tiempo.
Sin hacer nada.
Ahora bien, transformar, transformar…
No se transforma sola.
Transformarla ya es otra historia.
Para hacerlo se necesita consciencia.
Y mucha.
Porque el piloto automático del cerebro, que funciona de forma inconsciente y automática, es demasiado potente y poderoso y siempre te acaba llevando a su terreno.
Por eso para transformar una vida se necesita mucho trabajo de autoconocimiento, de descubrimiento interior y de autogestión.
Si no, no hay transformación posible.
Puede haber reacción temporal.
Puede haber cambio superficial.
Pero transformación profunda y duradera en el tiempo, si no hay uun cambio de nivel de consciencia es muy, muy difícil.
Así que con estos post que quedan voy a intentar que comprendas, siempre bajo mi perspectiva y mi visión de la vida, por qué te sucede lo que te sucede, por qué has llegado a la situación que has llegado y desde ahí puedas empezar a solucionarlo.
Como siempre te digo, lo que te cuento es “mi verdad”.
La mía.
La que a mí me ha funcionado.
Que para nada es la absoluta.
Cada una tiene la suya.
Y hasta que no lo experimentes en la tuya no sabrás si te funciona o no.
Yo no sé cómo has de vivir tu vida.
Sé cómo he vivido la mía y todo lo que me ha traído hasta aquí.
Sé todo lo que he aprendido.
Y todo aquello de lo que me he dado cuenta viviendo mi vida.
Y te lo transmito por si te sirve para poner luz en la tuya.
Pero repito que tu vida es tuya, y has de vivirla y experimentarla por ti mismo para descubrir tu propio camino.
En primer lugar has de saber que has venido a este planeta a crear realidad, porque eres un ser creador.
Eres una parte del Todo y el Todo es creador.
Dios, Universo, Campo Cuántico, Energía, La Fuente…lo que quieras.
El Todo es creador.
Por tanto, tú como parte, también lo eres.
Crear, creas.
Otra cosa es que seas consciente de lo que creas o no tengas ni idea.
Pero crear, creas a cada instante de tu vida.
Segundo, has venido a crear tu experiencia para reconocerte a través de ella.
Sea la que sea, es tu experiencia.
Y has de vivirla tal cual, sin evitar nada, para descubrirte con lo que vives.
Si no, ¿qué sentido tendría vivir lo que vives?
Todo es un puzzle que encaja perfectamente, aunque a tu mente le parezca una aberración.
Sería algo así como que has venido a vivir lo que no eres para descubrir lo que eres.
Has venido a vivir el ego para descubrir la esencia.
A experimentar la dualidad para descubrir la unicidad.
O separarte para unirte.
Cuando acabes de leer estos post lo entenderás perfectamente.
No es tan esotérico ni espiritual como parece.
Es mucho más terrenal.
Tan terrenal y tan simple que es difícil verlo.
La espiritualidad no está allá arriba.
A veces creemos que hemos de ir a buscar a quién sabe dónde para encontrar algo.
Para encontrar el camino.
Y no.
La espiritualidad y las respuestas están aquí abajo.
En tu cuerpo.
En tus células.
En tu mente.
En tu emoción.
En tu inconsciente.
Y en tu respiración.
“Lo de arriba es abajo”, ¿recuerdas?
Pues eso.
Gestionando lo de abajo descubrirás lo de arriba.
Trabajándote globalmente cuerpo, mente, emoción y respiración, tarde o temprano, se encenderá tu parte más espiritual sin que lo pretendas.
La vida trata de vivirla.
Y viviéndola conscientemente encuentrarás las respuestas.
Y tercero, como ser humano que eres, en esta experiencia tendrás una necesidades afectivas que tendrás que integrar ( el famoso pack recuerdas? )
Esto es en resumen lo que te contaba en las cuatro primeras partes de esta saga y que por problemas de trabajo y de tiempo no he podido reanudar hasta hoy.
Para continuar con este post no es necesario que hayas leído los anteriores.
Cada post se entiende perfectamente por sí solo.
El conjunto quizá te dará una visión más global, pero uno a uno se comprenden sin problemas.
En el post de hoy añadiría que además de crear una experiencia en la que reconocerte y en la que necesitarás el pack básico afectivo, tu máximo objetivo será evolucionar.
Porque si otra cosa has venido a hacer aquí es a evolucionar.
No sólo has venido a evolucionar sino que tú eres el resultado de esa evolución.
Llevas la historia de la vida incorporada en tu información celular.
En tu adn.
Todo tú eres pura evolución.
Y a cada instante, te niegues o no , evolucionas.
Tus células nacen y mueren a cada momento.
Nada permanece.
Todo cambia constantemente aunque a tu cerebro no le haga ni pizca de gracia.
Tu cuerpo, tus emociones y tu cerebro (consciente e inconsciente) son el resultado de esta evolución.
Tienes una máquina magistral, resultado de un I+D ( investigación y desarrollo) durante miles de millones de años que ya les gustaría a las mejores multinacionales del planeta tenerla.
Y tú sigues sin utilizarla ni sacarle ningún provecho.
Y no sólo no la utilizas sino que “crees” que sabes cómo ha de funcionar la vida.
Te permites el lujo de “creer” que sabes más que ella.
De pensar que la vida se equivoca.
Que no tiene razón.
Que no sabe.
Que no debería ser como es.
Que lo que pasa no es lo que tendría que pasar.
Que no es normal.
Que no es justo.
Que no es lógico.
¿¿¿Cómo???
¿Cinco mil millones de años y “crees” que la vida no sabe lo que se hace?
¿No será al revés?
A mi me costó entenderlo y comprenderlo.
Y sigo día a día trabjándolo.
Pero es de pura lógica universal.
Por un momento imagina que te vas elevando.
Sube, sube, sube….
Hasta muy arriba.
Como si lo vieras todo desde una perspectiva cenital.
Desde arriba.
De manera que te sea muy fácil unir puntos, aunque estén muy alejados unos de otros.
Así es cómo mejor se comprende y se ve la vida.
Así siempre es más fácil.
Fíjate en LUCA.
¿Lo ves?
Allí, en un extremo.
Al principio de todo.
Hace cinco mil millones de años.
LUCA, así le llaman los científicos, «last universal common ancestor», es el primer organismo vivo que existió en la Tierra.
Y ahora fíjate en ti, hoy.
Aquí y ahora.
¿Te ves desde arriba?
¿A ti y a todos?
Observa la evolución.
Sólo observa.
La tuya.
La mía.
La de ella.
La de todos.
Porque en definitiva, es la misma.
Parece que somos LUCA, Eva, Jose, Pedro, Luisa, María….
Pero somos VIDA evolucionando en un diminuto instante de la eternidad
Vida y energía expresándose en diferentes formas, figuras y tamaños.
Pero vida al fin y al cabo.
Primero fueron miles de millones de años de vida evolucionando.
Hasta que apareció el primer cerebro.
El reptiliano.
Hace unos quinientos millones de años.
El cerebro inconsciente.
El que tienes aquí detrás, por encima de la nuca más o menos.
El que ES la vida misma.
La sabiduría personificada.
El que lo sabe TODO.
Después apareció el límbico.
Has unos doscientos millones de años.
El de las emociones.
El que SIENTE.
El que decide si huyes o te quedas.
El que decide si luchas o te relajas.
El que decide la guerra o la paz.
Y finalmente, hace muy, muy poquito apareció uno muy joven.
Hace “sólo” cien mil años que apareció.
El neocórtex.
El que tienes en la parte frontal.
El que PIENSA.
Y es el que ha venido a sacarte de la vida.
Ha venido a liarla.
El que ha venido a distorsionarte.
Resulta que es el novato y se cree que sabe más que nadie.
Así que, aunque te parezca una barbaridad, pensar es malo.
Y pensar mucho, nefasto.
Porque la vida lleva demasiados años VIVIENDO, SIENDO Y SINTIENDO para que venga un novatillo pensante a decir lo que está bien y lo que está mal.
O lo que debe o no debe ser.
Si vives lo que vives es por alguna razón que la vida sabe y tu neocórtex no.
Sólo por respeto a la evolución, deberías de hacer más caso a la vida.
Te funcionará mucho mejor.
SER, SENTIR y finalmente pensar.
Respetando la evolución.
Primero fuimos.
Después sentimos.
Y finalmente pensamos.
Ahora si quieres ir a la cabeza de la humanidad te toca empezar a crear el cuarto cerebro.
Darte cuenta de lo que eres.
Darte cuenta de lo que sientes.
Darte cuenta de lo que piensas.
Y así serás consciente.
Así serás pura evolución.
Rafa Mota
Personal Coach