La vida es mucho más fácil de lo que crees.
Mucho más.
Pero tu forma de percibirla.
Tu manera de entenderla y de vivirla.
Tu desconexión con el cuerpo y la emoción.
Tu inconsciente forma de pensar y de hablar contigo mismo.
Y todas las carencias, grabaciones y conexiones neuronales que llevas en tu interior…
Que ni siquiera conoces.
Hacen que todo te parezca mucho más difícil de lo es.
Yo hace tiempo que me di cuenta.
Mi mayor crisis y mi mayor noche oscura me llevaron al mayor salto jamás imaginado.
Durante un tiempo tomé mucha conciencia.
Día tras día.
Trabajé como nunca.
Pero no fuera.
Dentro.
Reordené mi interior.
Limpié la mayoría de carencias.
Me alejé de la reacción para entrar en la proacción.
Comprendí y perdoné.
Cambié mi forma de pensar.
Mi diálogo interno.
Mi postura corporal.
Aprendí a respirar.
Me hice amigo de mis emociones.
Me reprogramé mentalmente día tras día.
Y experimenté la transformación en mi propia vida.
Desde entonces, todo cambió.
Incluso he cambiado mi firma.
Soy consciente de cual fue mi personaje.
Pero ahora soy otro.
Soy lo que quiero ser.
Mi esencia.
Y por proyección, tengo otra vida completamente diferente.
De ahí que ahora me dedique a acompañar a las personas que quieren salir del sufrimiento.
Que quieren ser su mejor versión.
Que quieren vivir desde la serenidad y la tranquilidad.
Que quieren alcanzar sus sueños.
Y en definitiva, que quieren ser más felices de lo que son.
Porque le he vivido y sé de lo que hablo.
Los doce pasos que ofrezco a mis clientes son los que yo experimenté.
Y además me he formado para ello.
Me encanta mi trabajo.
Y disfruto viendo como mis clientes salen del sufrimiento de una forma fácil.
Porque, al final, lo que cuenta en esta vida es ser feliz.
Y amar y ser amado.
Pero para proyectar amor, primero has de integrarlo.
Y amarte a ti mismo.
El resto, viene solo.
Incluso el dinero.
Todo es una proyección.
El respeto, la valoración, el reconocimiento, el perdón, la protección y la comprensión hacia ti mismo son esenciales.
Básicos.
Si no te los das, no puedes amar al mundo.
Al menos de forma sana.
Sin esperar nada a cambio.
Puedes hacerlo desde el esfuerzo.
Y muchas veces desde el ninguneo a ti mismo.
Pero inconscientemente siempre esperarás algo a cambio.
Y cuando no lo consigas, entrarás en reacción.
Así que será amor tóxico en mayor o menor medida.
Dependiendo de lo mayores o menores que sean las carencias en tu interior.
Puede que te hayan dicho que amarse a uno mismo es egoísmo.
Es falso.
Seguramente quién te lo dijo no quería que te amaras.
Porque sabía que, de hacerlo, serías invencible.
De todas maneras, da igual quién lo dijera.
Las creencias no sirven.
La única verdad es la experiencia.
Experiméntalo.
Experimenta el amor verdadero hacia ti mismo.
Y me cuentas.
Entenderás que no es egoísmo.
Te darás cuenta que es amor sano.
Auténticamente sano.
Amor verdadero.
Comprensión, compasión y entrega.
Del que da sin esperar recibir nada a cambio.
Y paradójicamente, es el que más recibe.
El amor es pura energía.
Y si la energía está en ti.
Nunca te desgastas.
Y siempre tienes para los demás.
Las carencias, las grabaciones, la búsqueda de amor en el exterior, los pensamientos negativos, l amala gestión emocional…
Son un degaste energético brutal.
Y ni te das cuenta.
Por eso sufres, te quemas y te desgastas.
Porque la vida la vivimos la revés.
Lo que está bien (amarse) nos dijeron que estaba mal.
Y lo que está mal (desatenderse y olvidarse de uno mismo)nos dijeron que era lo correcto.
Pero no.
Nos distorsionaron.
La luz que ilumina el mundo, sale de dentro para fuera.
No de fuera para dentro.
Y si no te iluminas primero.
Jamás iluminarás al mundo.
Por tanto el mundo nunca te iluminará.
Pura lógica.
Pero no racional.
Universal.
Que es la verdadera.
Y que nadie nos la contó.
Esperar lo contrario es sufrir.
Cuando vives en el amor, en la luz, en la serenidad y en la tranquilidad.
La vida se convierte en una proyección de lo que realmente eres.
Ni más ni menos.
Así que si quieres que tu vida sea fácil.
Conecta con tu esencia.
Con tu amor más puro.
Con tu niño, con tu niña.
Y todo será muy fácil.
Porque lo es.
Es fácil.
Otra cosa es que te la compliques por conexiones y carencias que un dia mal grabaste.
Y ahora llevas metidas dentro.
Y con historias que te contaron.
Pero todo, todo, todo se puede desconectar.
Son redes neuronales y grabaciones emocionales.
Todo menos una cosa.
El corazón.
Así que no te queda otra.
Si quieres cambiar.
Empieza por el corazón.
Porque si no, mueres.
Es de pura lógica.
Pero no racional.
Universal.
Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com