¿Imaginas dos gotas del océano fuera del mar discutiendo y peleándose para ver quién tiene más sal, cuál de las dos es más azul y quien está más limpia?
¡¡Que pérdida tan inútil de energía!!
Y qué absurdo ¿no?
Siendo las dos iguales, qué ganas de estar desgastándose, negándose la una a la otra.
Lo que siempre estuvo unido (big bang del universo), siempre permanecerá unido.
No lo digo yo.
Si eres océano, eres gota.
Y si eres gota, eres océano.
Eres parte y todo a la vez.
Entonces…
¿No te cansa estar siempre intentando reafirmar que tu gota es mejor que las otras?
¿O ninguneándote a ti mismo no dándote el valor que te mereces?
¿Eres consciente de la energía que llegas a malgastar con discusiones, enfados, críticas, juicios, envidias, pensamientos dañinos y actitudes negativas?
Imagina si utilizaras toda esa energía en trabajarte, entrenarte y encontrarte a ti mismo, sin atacar, ni criticar, ni defender, ni enjuiciar.
¿Serías la misma persona?
¿Quién serías sin esos pensamientos que te consumen, te agotan y te empequeñecen?
Suéltalos.
Déjalos ir.
Cuando lo hagas pasarás de sentirte gota a sentirte océano.
Eso es estar conectado.
No es más que enchufar tu bombilla.
Abrir tu luz.
Si conectas contigo, conectas con Todo.
Porque tú ya eres Todo.
Lo traes de serie.
Pero la mente te separa.
Y te corta la corriente.
Los electrones dan vueltas alrededor del núcleo, como los planetas alrededor del Sol.
Lo de arriba es abajo.
Y lo de abajo es arriba.
Tu cuerpo tiene billones de células, que son auténticos universos en sí mismas.
Formando verdaderas galaxias en tu cuerpo.
La vida es tan mágica que engancharte en tus pensamientos es convertirte en gotita pudiendo ser océano.
La gota piensa que es pequeña y débil.
El océano, no piensa.
Está.
Sin más.
Y es poderoso e inmenso.
Si piensas, tu movimiento mental es horizontal.
O te vas al pasado o te vas al futuro.
Y el secreto de la vida es vertical.
De arriba a abajo y de abajo a arriba.
Ni ayer ni mañana.
Hoy.
Ahora.
Siente el momento.
Observa la brecha entre pensamientos.
Donde no hay nada.
Ahí.
Justo ahí.
Donde está el silencio, está el Ser.
Dile Ser, dile Esencia, dile Universo, dile Alma, dile Yo conectado…
Dile como quieras.
Ahí están todas tus infinitas probabilidades.
Eso es la conciencia.
Donde no existe el ego.
Y donde está el gran secreto.
Si lo que estuvo unido, permanece unido.
Y lo único que te separa es la mente.
En la no mente, está claro.
Lo tienes todo.
A tu alcance.
¿Te suena la famosa frase bíblica «pide y se te dará»?
¿Y las sincronicidades?
Pues de haberlas, haylas.
La vida, no se razona.
Si piensas, te vas.
Y no ESTAS ni ERES.
Separas la causa del efecto.
La pregunta de la respuesta.
El problema de la solución.
Sólo has de volver.
No pienses.
Vuelve al ahora.
Y vuelve.
Y vuelve.
Y vuelve.
Y vuelve otra vez.
Y se acabó el problema.
Porque justo ahí, el problema y la solución, son lo mismo.
O dicho de otra manera.
En el AHORA no hay problema.
Ni solución.
Porque no la necesitas.
Y otra vez, justo ahí.
Cuando sueltas todos los problemas.
Te llegan todas las soluciones.
Filosófico, pero cierto.
Suéltalo todo y te llegará todo.
Rafa Mota
Personal Coach
www.rafamota.com