Sé que en uno de mis últimos post escribí sobre las razones que nos llevan a ser tóxicos en el amor y en las relaciones, pero la expresión ”persona tóxica” jamás me ha gustado.

En la mayoría de libros de autoayuda siempre no han dicho que nos alejemos de las personas emocionalmente tóxicas si lo que queremos es ser felices.

Pero en realidad, observándolo desde el nuevo paradigma, no es así exactamente.

Y ahora lo explico.

Antes, unas cuantas premisas para cambiar tu percepción sobre las relaciones humanas.

1) Hay que distinguir entre esencia y personaje. La esencia es lo que ERES cuando llegas aquí y el personaje (ego) es lo que CREAS cuando vives aquí.

2) No hay personas tóxicas, hay personajes mal o muy mal gestionados emocionalmente y con pensamientos inconscientes limitantes muy profundamente incrustados, pero nadie es tóxico sin un motivo.

3) Detrás de un ego o una personalidad detestable, hay mucho dolor acumulado, ya sea rabia, tristeza o miedo, y en muchas ocasiones ni siquiera el mismo personaje es consciente.

4) Todo ser humano por aberrante que te parezca actúa lo mejor que puede o sabe con las herramientas que tiene, las circunstancias que ha vivido y el personaje que ha creado.
En todo caso, su toxicidad ha sido su mejor manera de adaptación al medio.

5) La gran mayoría de personajes viven en piloto automático y no son conscientes de los automatismos inconscientes que les llevan a reaccionar de determinada manera, por tanto no son tóxicos, son inconscientes. Y mucho menos, conscientes de su verdadera esencia original.

6) Todos en mayor o menor medida hemos creado un personaje inconsciente para luchar y defendernos del mundo porque nadie nos ha enseñado a vivir desde la esencia.

7) El ser humano cuando aprende a pensar, sentir y actuar de otra manera y a desconectar sus mecanismos automáticos, da saltos de conciencia verdaderamente espectaculares y su ego va desapareciendo para dar paso a la esencia.

8) Y por último, que tú actúes de una manera ni mucho menos significa que los otros tengan que hacerlo como tú lo haces, como tú crees o como tú lo necesitas.

Así que yo más bien diría que no son tóxicas, son inconscientes, porque si fueran realmente conscientes del dolor que causan en muchas ocasiones, no actuarían cómo lo hacen.

Pero el mundo es el que es y las personas son como son.

Son cómo se han creado (consciente e inconscientemente) a ellas mismas en su experiencia de vida.

Y no lo vas a cambiar.

Y si lo intentas, morirás en el intento.

De pena, de rabia, de frustración, de pánico o de lo que sea.

Pero te fundirás.

¿Opción?

Cambiar tú.

¿Cómo?

Ya te he dado siete formas para pensar diferente.

Entrénate a pensar así e irás de cabeza a la serenidad.

Pero sigamos.

No son ellos, eres tú.

Y me explico.

Cuando una persona que consideras tóxica aparece en tu vida y hay algo en ella que te molesta, por el principio de resonancia, no es que te moleste ella.

Lo que te molesta es que lo que consideras tóxico en ella te está recordando algo tuyo.

La toxicidad no es de ella, es tuya.

Seguramente es inconsciente, pero está latente.

Por eso lo atraes.

Cuando seas capaz de sanar esa parte tóxica tuya, esa persona dejará de ser tóxica para ti.

Por eso apartar personas de tu vida por considerarlas tóxicas es un ejercicio inútil porque la vida es tan sabia y tan buena maestra, que tarde o temprano te volverá a traer las mismas personas y las mismas situaciones si no las solucionas.

Porque el patrón es tuyo, no de ellos.

El patrón está dentro, no fuera.

Ser autorreferencial es eso.

Observar, descubrir y limpiar.

De lo contrario, volverás a tropezar con la misma piedra.

Te explico un truco que practiqué durante tiempo y me funcionó muy bien.

Cuando aparecían personas en mi vida que no me gustaban, en lugar de alejarlas, me acercaba más a ellas.

Para estudiarme a mí.

La pregunta era:

“¿Qué es lo que estoy viendo en el otro que me molesta tanto? Porque seguro que es mío”

Y siempre encontré mi parte tóxica reflejada.

Porque al final, tu enemigo no es tu enemigo.

Es tu espejo.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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