Para y respira.

Crearás un universo nuevo que te sorprenderá.

Pero mañana no, claro.

La profundidad no se alcanza en un día.

Eso es lo que le gustaría a tu mente.

Empezar a respirar hoy y ayer ya haber transformado tu vida.

Y eso no es posible.

Ten presencia, que no paciencia.

Paciencia es necesitar que ocurra algo y esperar «sufridora y estoicamente», y encima, vanagloriarte por ello.

La paciencia no es ninguna virtud.

La paciencia es un autoengaño de la mente.

La paciencia es una negación del estado presente, esperando a que la vida sea otra cosa de lo que ES.

La presencia es no necesitar que ocurra nada diferente a lo que ocurre y saber que lo que ocurre es lo perfecto para que lo vivas sin esconderte y DESPIERTES (sientas, observes y te des cuenta de tu inconsciente). La presencia no es esperar a que llegue «esa» VIDA que te hará feliz como la paciencia.

La presencia es SER la VIDA que ya está aquí, acariciándote cada poro de tu piel (pero como tienes mucha «paciencia» esperándola… ni la sientes ni la ves)

Para y respira ahora.

Quizá sientas, aunque solo sea un instante, esa caricia de la VIDA y esa presencia.

Quizá sea solo un fugaz instante.

Pero hay caricias que te transforman profundamente para siempre.

Rafa Mota

www.rafamota.com

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

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