Mucho se habla del camino espiritual, pero en realidad, no hay tal camino.

O al menos, no un camino como tal.

Siento decepcionarte (pero ya verás que lo que hay es mejor)

No hay camino.

Intuyo que hoy  voy a crackearte un poco (o mucho) la mente.

Es precisamente lo que me encanta.

Romper estructuras y que tu mente haga crack (o click, que es lo mismo).

Porque si nada antiguo destruyes, nada nuevo construyes.

Y si lo que construyes, lo construyes sobre cimientos antiguos, tarde o temprano, vuelve a caer.

A cada crack,  te iluminas.

A cada click, aumentas tu visión.

A cada uaooo…. aumentas potencial.

A cada salto de consciencia, ganas en claridad.

No en vano el cielo es claro y luminoso y el infierno oscuro y apagado.

Para brillar primero hay que destruir.

Hay que desaprender.

Hay que crackear.

Y cuanto mayor quieres que sea el salto, más radical has de ser.

De lo contrario, el inconsciente, el cerebro y la mente tienen tanto poder que te ganan la partida y te devuelven una y otra vez a tus historias de siempre y al sufrimiento.

Si no rompes estructuras mentales, no hay evolución.

Si no rompes con lo que siempre te han contado, no hay transformación.

Y, al menos yo, acabé hasta el gorro de que me contaran historias falsas, absurdas y distorsionadas que sólo hacían que hacerme sentir peor.

Así que sé radical.

Olvídate del camino espiritual.

Y del racional también.

Olvídate de todo por un momento y deja que entre información nueva.

Lo del camino espiritual o racional es un cuento de la mente porque le encanta etiquetar.

Pero no es un camino.

Es un estado.

Y para alcanzar ese estado todo es necesario.

Lo racional y lo espiritual.

El izquierdo y el derecho.

Lo “bueno” y lo “malo”.

La dualidad es necesaria para ir en busca de la unicidad.

Todo suma.

Nada resta.

Así que cuanto menos etiquetes y menos juzgues, más velocidad de proceso mental tendrás.

Si quieres talento respira, deja de pensar y baja al estado alfa, o mejor aún, al estado theta.

¿Por qué crees  que la inteligencia artificial nos está ganado la partida?

Porque no juzga.

Porque no etiqueta.

Porque no interfiere en el proceso.

Observa, procesa y ejecuta.

A velocidad de vértigo.

Pudiendo tener un poder increíble (el cerebro es un decodificador tan prodigioso que ríete tú de la inteligencia artificial), los humanos estamos a velocidades de proceso prehistóricas que dan pena.

Por, con perdón de la expresión, la mierda que llegamos a tener en la cabeza.

Juicios, pensamientos, distorsiones, creencias y basura mental que no sirve para nada, sólo para ser cada día un poco más involucionados y mentirnos, estafarnos, manipularnos, amarnos falsamente y matarnos los unos a los otros.

Sólo hay que ver cómo está nuestro mundo, que da pena.

No hay camino porque en realidad, la vida ni siquiera es un camino.

La vida no es un camino.

La vida es un punto.

La vida no es lineal.

Es circular (mira la forma de la galaxias, el número áureo,  y si tienes un rato, busca en internet la serie de Fibonacci, matématico italiano del 1170 al 1240)

La vida es un eterno instante.

Un eterno ahora.

Un siempre infinito.

Tan incomprensible para la mente que se cabrea sólo de pensarlo.

Pero así es.

El tiempo es una ilusión y no existe.

Existe el tiempo como herramienta humana de gestión.

Pero nada más.

La VIDA entiende de energía y vibración.

No de tiempo.

La VIDA no sabe ni de pasado, ni de futuro, ni de días, ni de horas.

La vida es SIEMPRE.

Lo único que de verdad existe es la transformación.

La vida es transformación constante.

Transformación a cada instante.

Tú también.

A cada segundo hay millones de cambios y mutaciones en tu organismo.

Mueren y nacen millones de células a cada momento.

Cada noche mueres.

Cada amanecer naces.

A cada momento, a cada reacción, a cada emoción, a cada contracción eres una nueva versión de ti mismo, empeorada o mejorada, dependiendo de cómo lo vivas.

A cada experiencia te reversionas.

Desde que naces hasta que mueres, no paras.

Otra cosa es que no seas consciente y no permitas que la actualización te mejore y, muy probablemente, te deteriore más cada día.

Eso ya depende del trabajo personal, el conocimiento y la gestión que tengas de tu vida.

Pero todo son contínuas versiones de ti mismo.

La vida es sencillamente eso.

Consciencia, evolución, experiencia y actualización constante.

Y si te resistes, sufres.

A mayor resistencia, mayor sufrimiento.

Crees que te haces mayor porque pasa el tiempo.

Pero no.

Tu mente cree que pasa el tiempo porque te haces mayor.

Cree que pasa el tiempo porque te transformas.

A cada instante eres distinto.

Y entre tu versión punto cero del inicio y tu nueva versión mejorada a cada instante, llamémosle versión punto uno, versión punto dos y así sucesivamente… tu mente crea el tiempo.

Pero no es que haya pasado el tiempo, sólo te has transformado.

Parece una tontería pero lo cambia todo.

Entre tu versión que ha empezado leyendo este post y la versión que ahora mismo está leyendo esta línea, algo ha cambiado.

Pero no ha pasado ningún tiempo.

El tiempo es una falsa ilusión.

Ha habido transformación.

Con este post has actualizado tu versión.

Ya no eres el mismo.

Eres una versión nueva de ti mismo.

Pero estás siempre en el mismo sitio.

Y esto te sucede con cada una de tus experiencias.

En realidad, nunca vas al futuro.

Sólo te transformas en el presente.

Lo digo por si te pasas la vida corriendo, que sepas que no vas a ninguna parte.

Estás siempre en el presente, pero más desgastado que nunca.

Así que para.

Respira.

Siéntete aquí ( que no siéntate, que si quieres, también).

Y volvamos a empezar.

Quédate donde estás.

Es el único secreto de la vida.

Saber quedarte aquí y no moverte.

Es todo un arte.

Yo diría que es la auténtica maestría de la vida.

Quedarte quieto, aceptar y hacer alquimia con todo lo que te llega.

Ascender y mejorar en vertical y dejar de moverte y desgastarte en horizontal.

Hasta ahora te has pasado la vida corriendo en busca de tus sueños, como si los tuvieses allí delante, lejos de ti ( que no, que está todo aquí).

Visualizando aquello que deseas.

Pidiendo al Universo lo que no tienes.

Empapelándote la habitación de ferraris, billetes, mansiones, rubias y morenazos.

Lamentádote por no vivir la vida de otros.

Afirmando contínuamente frases que ni siquiera te crees, con el fin de ser alguien diferente a quien eres.

Perdonando a diestro y siniestro delante del espejo sin saber exactamente qué esto del perdón y sin conocer las reglas del juego de la vida, con lo que poco efectivo suele ser el perdón.

Caminando sobre brasas y pegando gritos, sin antes cambiar lo que llevas metido en las entrañas, sin cambiar tu percepción, sin cambiar tus creencias más limitantes y dolorosas, sin cambiar tus grabaciones emocionales, sin cambiar tus impresiones celulares, sin cambiar ni más ni menos que tu inconsciente,  que dicho sea de paso, le importa un bledo si rompes una flecha, caminas sobre brasas o rompes un ladrillo porque a los cuatro días si no lo “ves” volverá a estar operando en tu vida como si nada hubiera pasado ( y tú estarás más frustrado que nunca).

Luchando por un futuro mejor sin querer mirar ni aceptar tu propio pasado.

Huyendo de ti mismo y de tus sombras, cuando precisamente tu mejor luz está en sentirlas, sanarlas y aceptarlas.

Buscando la abundancia pero culpabilizándote y ninguneándote a ti mismo en el día a día, cuando eso precisamente es negarte la abundancia, negarte y machacarte a ti mismo, que ni más ni menos eres la conexión con la Fuente.

Preocupándote por la supervivencia.

Por el dinero.

Por el alquiler, el trabajo, la hipoteca..cuando todo llega sólo cuando te despreocupas.

Por si te quiere tu pareja, cuando precisamente te quieren cuando te da igual que te quieran.

Por si te aceptarán o te rechazarán ahí afuera, cuando estás rechazando contínuamente tu vida deseando que sea la que no es.

Por si te pagarán más, te ascenderán o te pagarán lo que te mereces, cuando si te amaras a ti mismo ya no estarías donde no te pagan, no te ascienden o no te valoran.

Por tu futuro, cuando ni siquiera vives ni respiras el presente.

Protegiéndote y preparándote para todas las posibilidades que vendrán ( la mayoría catastróficas o negativas), cuando pensando como piensas, sólo haces que provocar las condciones necesarias para que tus «mejores» augurios se cumplan.

Desgastándote,  luchando y  rompiéndote para superarte y ser mejor cada día, cuando no te has parado ni siquiera a SENTIR y a respirar tu propio potencial, el que emanas por cada poro de tu piel, que es verdaderamente infinito.

Por hacer, hacer, hacer, cuando de lo que trata la vida es de SER.

Por buscar, buscar, buscar como si ahí afuera estuviera la joya de la corona cuando la verdadera joya eres tú.

Por formarte, por estudiar, por buscar cursos cuando el mejor curso, el que te vendrá como anillo al dedo es el que te aparecerá delante de tus narices cuando tu impaciencia se relaje y lo permita.

Maltratándote y comparándote con los demás.

Y buscando cualquier cosa con tal de llenar ese vacío vital que sientes en tu interior, cuando lo que te falta «sólo» eres TÚ.

Creo que ya vale.

Levántante y crackea tu mente.

¡¡»Crackéala» de una puñetera vez!!

Porque te lo mereces, joder ( y perdón por el taco, pero me sale del alma)

Porque sólo lo vivirás una vez.

Y porque jamás volverás a tener una oprtunidad como ésta de creación.

Quizá ya es hora de que empecemos a cambiar.

Ya está bien de desgastarse.

De menospreciarse de esta manera.

Te has desgastado.

Nos hemos desgastado.

Todos.

Y estamos cada vez peor.

Más lentos y más empastillados.

Quizá algo no hayamos sabido hacer.

¿Qué tal si a partir de mañana dejas de correr (porque no vas a ninguna parte), empiezas a quedarte donde estás, asumes tu presente  y en  lugar de ir a buscar al futuro, permites que el futuro te venga a buscar a ti?

( la buena noticia es que cuando aprendas a hacerlo, sin moverte, el futuro se acercará sigilosamente en forma de señales para que seas abundante y brilles con luz propia)

Eso sí, hay mucho trabajo que hacer.

De entrada asumiendo y aceptando que estás donde estás.

Que eres el que eres.

Ni más ni menos.

Da igual que estés jodido.

Asúmelo y reconócelo.

Sólo por hacerlo ya te estás recuperando.

¿Por qué crees que las confesiones funcionaban?

Con perdón de la Iglesia, no eran los curas, no eran los avemarías, no eran los padrenuestros.

No era ningún poder de curación sobrenatural.

No era nada.

Era la PURA SINCERIDAD.

Era el peso que se sacaban de encima cuando RECONOCÍAN su estado.

Era la toma de consciencia.

La coherencia absoluta.

El SER.

Mientras desees cambiar le estás diciendo al Universo que no te aceptas.

Que vives en la carencia.

Que no quiere ser quien eres.

Que no aceptas tu situación.

Que no aceptas tu experiencia.

Que no te RECONOCES.

Y mientras tú no te reconozcas, nadie lo hará.

Y menos, el Universo, la Vida, Dios, la Energía, el 7, el vacío, el Todo o llámale como quieras, que te l aha dado para que la vivas y te reversiones con ella.

Ella tiene todas tus actualizaciones preparadas pero mientras te resistas no podrás bajártelas ( el símil de cuando cargas una nueva versión de un programa del ordenador)

La vida no te exige nada.

La vida no te exige que seas quien no eres.

La vida no quiere que seas positivo ni negativo.

La vida no quiere que seas ni bueno ni malo.

La vida quiere que seas AUTÉNTICO.

Que seas coherente.

Que seas sincero.

Que seas de VERDAD.

Y cuando te reconozcas y te rindas, entonces, sólo entonces, tu historia empezará a cambiar de verdad.

Porque vibrarás en la coherencia.

Porque serás  VERDADERO.

Serás como ella.

Como la vida.

Que es todo VERDAD.

No como la mente.

Que es todo mentira.

Rafa Mota

Personal Coach

www.rafamota.com

 

Rafa Mota

Rafa Mota

Estudié económicas, prefiriendo la filosofía, y viví durante más de veinte años en el mundo de los negocios, del estrés y del dinero sin encontrar nunca esa “felicidad” que tanto buscaba y anhelaba. Hasta que la vida, tras una gran crisis económica, financiera, personal y existencial, me puso en mi lugar. Y me di cuenta de una cosa: el gran secreto de la vida no es ni hacer, ni tener, ni buscar… es SER. Esta es la base del éxito personal.

One Comment

  • Isabel dice:

    Me encanta, me gustaría saber cómo llegar a ese punto, sé que es aceptándome, pero con eso no consigo superar la hipocondría que no me deja vivir ni un segundo, son tantos años asi(30) que ya me he hecho negativa en todo, no sé como caminar.
    Podrías aconsejarme ?
    Gracias

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